Con Franco, España vivía mejor. España prosperó gracias a Franco, la gente tuvo su cochecito, su residencia, y la democracia fue posible gracias a Franco.
Álvaro Pombo
Siempre he creído que el artista trabaja en un ambiente de angustia y desvelo, pero no pierde su sonrisa y simpatía, porque al fin y al cabo es el dueño de un tiempo que no se mide con el reloj.
Carmen Naranjo
Que no te dé miedo largarte, tienes que hacer lo que te guste, Flanagan.
Clint Eastwood
Muchos grandes de la historia del fútbol nacieron en una barrio pobre y con pocas posibilidades.
Cristiano Ronaldo
El día se ha hecho para la jubilosa doctrina pagana; la noche, empero, con su cielo estrellado, fue hecha para las almas que profesan un culto más puro. La inmortalidad del alma se manifestó en la oscuridad de la noche; la luz del sol deslumbra los ojos que creen ver.
Filippo Pananti
Sabe amargo el licor de las cosas queridas.
Fito Páez
Tanto las Sagradas Escrituras como la naturaleza proceden de la divina palabra, dos verdades no pueden contradecirse mutuamente.
Galileo Galilei
El hombre voluptuoso es el único que puede ser feliz.
Giacomo Casanova
Los demás también mueren como tú, gota a gota, hasta que el mar se llena.
Gonzalo Rojas
Lo que Buda nos revela es que una vez que la causa del sufrimiento ha sido determinada, la supresión de la misma nos conduce a su final, y por tanto, a la obtención de la auténtica y definitiva felicidad a través de la Iluminación.
José Vicente Alfaro
Lo que se necesita para conseguir la felicidad, no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado.
Josemaría Escrivá de Balaguer
Los números hablan por sí mismos en términos de todo lo que hemos hecho.
Paul Rand
Problema. Hacer ver lo que ves, por intermedio de una máquina que no lo ve como tú lo ves.
Robert Bresson
Este Gobierno presumía de no haber metido nunca jamás las manos en los bolsillos de los italianos.
Silvio Berlusconi
Somos más amigos de las teorías que de la verdad.
Walter Savage Landor
Si no pasa nada, tendremos que hacer algo para remediarlo: inventar la realidad.
William Randolph Hearst