Para prepararse un lugar en este reino, es necesario la abnegación, la humildad, la caridad en toda su celeste práctica, y la benevolencia para todos; nadie os pregunta lo qué habéis sido, qué rango habéis ocupado, sino el bien que habéis hecho, las lágrimas que habéis enjugado.
En la vida hay que escoger entre ganar dinero o gastarlo. No hay tiempo suficiente para ambas cosas.