Yo amo mi propia música.
Alicia Keys
Si me he caído quinientas veces, que probablemente me habré caído quinientas, 250 han sido mías, por poner la mitad para cada uno, y las 250 restantes de roturas de la moto.
Ángel Nieto
Cuando una dama pregunta a un anciano por sus amores pasados no demuestra curiosidad, sino crueldad.
Fernando Savater
Hay tres fuerzas, tres únicas fuerzas en la tierra capaces de vencer y cautivar para siempre la consciencia de estos débiles rebeldes, para su felicidad. Son: el milagro, el misterio y la autoridad.
Fiódor Dostoyevski
Y dale alegría alegría a mi corazón.
Fito Páez
Me habla el presidente Marcelino Iglesias de una comunidad que va a usar 6.000 hectómetros cúbicos. Yo pido 340
Francisco Camps
Los manantiales de la abundancia no están en las plazas, sino en los campos; sólo puede abrirlos la libertad y dirigirlos a los puntos donde los llama el interés.
Gaspar Melchor de Jovellanos
Quien inventó el primer vestido inventó el amor.
Jean-Jacques Rousseau
Aunque el orgullo no es una virtud, es padre de muchas virtudes.
John Churton Collins
La Certidumbre, entonces, de que escribo, y al lado de la pluma va corriendo la esponja con que la muerte borra lo que escribo.
Josep Pla
La vida humana es una secuencia incesante de acciones.
Ludwig von Mises
Cuando lleguemos a la presidencia, vamos a incluir a las mujeres indígenas, ellas trabajarán en la casa presidencial para atender a los embajadores extranjeros para que ellos contemplen los trajes típicos.
Óscar Berger
Los aficionados a la música son en su mayoría, gente un poco vil, amargados y sometidos.
Pío Baroja
Creo que el principal escalón de mi vida profesional no lo he subido todavía.
Ricardo Montaner
Seguramente fue el diablo quien enseñó a bailar a las mujeres.
Thomas Fuller
El Erica Reed llegó sin accidente ¡Gracias a Dios! Dos barcos insurgentes lo pudieron haber hundido y no lo hicieron, ¡Gracias a Dios! Gracias a Dios porque llegó el alimento y gracias a Dios porque parece que un sentimiento de piedad, además del temor de enfurecer a la opinión pública americana tuvieron algo que ver con que escapara.
Zenobia Camprubí Aymar