El conocimiento llega pero la sabiduría permanece.
Alfred Tennyson
Los mortales usan muchas lenguas, los inmortales una sola.
Anónimo
Si cultivas con excesivo mimo el jardín secreto de tu alma, puede llegar a hacerse demasiado exuberante, a desbordar el espacio que le corresponde y, poco a poco, a invadir otras regiones de tu alma que no estaban llamadas a vivir en secreto. Y así puede ser que tu alma entera acabe convirtiéndose en un jardín cerrado y, pese a su esplendor y su perfume, sucumba a su propia soledad.
Arthur Schnitzler
Hemos de proceder de tal manera que no nos sonrojemos ante nosotros mismos.
Baltasar Gracián
Todo socialista honesto debe desaprobar la aventura libia. Sólo significa derramamiento de sangre inútil y estúpido.
Benito Mussolini
Es obsceno que las partidas presupuestarias destinadas a la guerra sean superiores que las que van dirigidas a la educación o a la sanidad.
Cora Weiss
Permite que la otra persona salve su propio prestigio.
Dale Carnegie
Una vez, en la lúgubre media noche, mientras meditaba débil y fatigado sobre el ralo y precioso volumen de una olvidada doctrina.
Edgar Allan Poe
Un amigo te diría que todo marcha mientras se muerde los labios y por ti no extrañaría cada fin de año los días que no volverás.
Fernando Delgadillo
Para poder superarse a sí misma la humanidad tiene que sustituir la moral por la veracidad, tiene que transvalorar los valores establecidos, asimilar los propios errores.
Friedrich Nietzsche
El hecho de haber nacido es un mal augurio para la inmortalidad.
George Santayana
Todo poder humano está compuesto de tiempo y paciencia.
Honoré de Balzac
Extrañamente a las señoras devotas de Jesús que frecuentan los sacramentos y tienen al galileo por modelo de vida, les resultan sospechosos los hombres que se dejan crecer el pelo, con la excepción del expresidente Aznar. Lo menciono para señalar la inconsistencia de las opiniones mundanas (y la falta de caridad).
Juan Eslava Galán
Lo principal del matrimonio no es el amarse, sino el conocerse.
Paul Hervieu
Las banderas de mi casa son la ropa tendía.
Roberto Iniesta
En la nieve las luces de la hilera de casas que me cerraron la puerta.
Yosa Buson