La religión no volverá a recuperar su antiguo poder hasta que no se le vean cambios en su rostro, como los hubo en la ciencia.
Alfred North Whitehead
Escribir ya no tenía nada que ver con la extracción arriesgada de los inicios; fue en adelante lo que es hoy - el gran empuje, el miedo regocijante, el deseo que vuelve sin cesar a sus raíces, la necesidad voluptuosa.
Amélie Nothomb
¡Qué maravilloso es que nadie necesite esperar ni un solo momento antes de comenzar a mejorar el mundo!
Ana Frank
La vida no empieza a los 40, empieza mucho después.
Annatell
Recuerde que la persona con quien habla usted está cien veces más interesada en sí misma y en sus necesidades y sus problemas que en usted y sus problemas.
Dale Carnegie
Con cada estímulo que desencadena una emoción se generan nuevas conexiones entre grupos de células en nuestro cerebro.
Eduardo Punset
Vivir por vivir, para gozar ásperamente, profundamente de todo aquello que ofrece la vida, para saborear hasta la última gota la copa de delicias y sorpresas que la vida tiende a quien toma conciencia de su propio ser.
Émile Armand
Para hallarme con que soy solo un sujeto que ya no sueña con ser tu sueño.
Fernando Delgadillo
La unidad es la variedad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo.
Isaac Newton
Poca fe se otorga a los que tienen poca fe.
Lao-Tse
Tengo 78 años, ¿Si escribir es tan frustrante y difícil para mí, qué me ha llevado a seguir haciéndolo? Y la respuesta es muy tonta, es que no sé cómo parar. Si pudiera dejar de escribir lo haría, pero no sé cómo hacerlo.
Philip Roth
El casamiento y el caldo pelando.
Proverbio
Si te sientas en el camino, ponte de frente a lo que aun has de andar y de espaldas a lo ya andado.
Proverbio Chino
No hay sino dos clases de problemas en política: los que se resuelven solos y los que no tienen solución.
Ramón Barros Luco
Amaré al prójimo, sólo si no se acerca más.
Valeriu Butulescu
Estoy seguro de que incluso en la cámara de gas, cuando el fluido letal los estuviera ahogando y convirtiendo en terror la esperanza de sus corazones, el viejo doctor les susurraría en un último esfuerzo que todo estaba bien y que todo iba a salir bien, para ahorrar a sus pupilos, al menos, el miedo ante el paso de la vida a la muerte.
Wladyslaw Szpilman