El dinero, o moneda corriente, se desea como un medio para lograr un fin; sin embargo, en este caso no es de aplicación la regla general de que cuanto mayores sean los medios de que se dispongan para cumplir un fin determinado mejor se logrará éste. De la misma manera, un aumento excesivo de dinero disminuye el crédito de éste, e incluso puede hacerlo dejar de circular.