Si estás en Italia y necesitas comer, acude a la corte del Alfonso V de Nápoles.
Alfonso V de Aragón
Bien a mi pesar, la idea del infinito me atormenta.
Alfred de Musset
Aunque las reglas están hechas para los sabios y los idiotas, yo no tengo nada, tía, con lo que vivir de acuerdo.
Bob Dylan
Ser un gringo en México. Eso es mejor que suicidarse.
Carlos Fuentes
Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada.
Edmund Burke
A quien al cabo le resultó imposible vivir en este mundo...
Fiódor Dostoyevski
Según de donde se mira, al uno le ves el lomo pues y al otro la barriga.
Juan Cunha
No se confiera tampoco a cada hombre más que un solo cargo, no se acumulen en uno salo muchos destinos y menos aún destinos de diversa índole.
Juan de Mariana
Hay que conquistar la tercera república frente a la monarquía borbónica-franquista.
Juan Manuel Sánchez Gordillo
Los poetas son como los proverbios: siempre se encuentra uno que está en contradicción con el otro.
Julio Verne
Porque en la vida tropezarse está permitido y levantarse es obligatorio.
Megan Maxwell
Ataca inesperadamente, haciendo que los adversarios se agoten corriendo para salvar sus vidas. Interrumpe sus provisiones, arrasa sus campos y corta sus vías de aprovisionamiento. Aparece en lugares críticos y ataca donde menos se lo esperen, haciendo que tengan que acudir al rescate.
Sun Tzu
Sin nuestro sufrimiento, nuestra tarea no diferiría de la asistencia social.
Teresa de Calcuta
Hago saber a los paisanos criollos, que viendo el yugo fuerte que nos oprime con tanto el pecho, y la tiranía de los que corren con este cargo sin tener conmiseración de nuestras desdichas y exasperado de ellas y de su impiedad, he determinado sacudir este yugo insoportable y contener el mal gobierno que experimentamos de los jefes que componen estos cuerpos.
Tupac Amaru
Tengo yo un fielamigo; me quiere tanto, que el bendito me empuja si me resbalo.
Ventura Ruiz Aguilera
La conciencia y la responsabilidad constituyen precisamente los dos hechos fundamentales de la existencia humana.
Viktor Frankl