El verdadero progreso consiste en renovarse.
Alexandre Vinet
Tengamos fe en que el derecho constituye la fuerza.
Abraham Lincoln
Los amantes pueden matar su propia historia de amor solo porque son incapaces de tolerar la incertidumbre, el puro y simple riesgo suscitado por su experimento con la felicidad.
Alain de Botton
Repíteme otra vez que la pareja del cuento fue feliz hasta la muerte, que ella no le fue infiel, que a él ni siquiera se le ocurrió engañarla. Y no te olvides de que, a pesar del tiempo y los problemas, se seguían besando cada noche. Cuéntamelo mil veces, por favor: es la historia más bella que conozco.
Amalia Bautista
Dios es grande en las cosas mínimas.
Anónimo
No me preocupa el no ser conocido. De lo que trato es de hacerme digno de ser conocido.
Confucio
Ni los golpes de un enfermo, ni las amenazas de un tonto deben temerse.
Demófilo
No es frecuente que el mayor deseo de alguien sea tener una biblioteca.
Elias Canetti
No te sientas amenazado por personas más inteligentes que tu.
Howard Schultz
El dolor que se calla es más doloroso.
Jean Racine
Y recuerda que con un poco de amor serás muy fuerte, y si ese amor suplanta lo imposible, vencerás con el tiempo toda suerte y serás en la lucha... Lo invencible.
José Larralde
Si nuestro cerebro fuera tan sencillo como para poder entenderlo, seríamos tan tontos que, de todos modos, no lo podríamos entender.
Jostein Gaarder
Combatiré hasta la última gota de su sangre con el pueblo detrás de mí y estoy dispuesto a morir como un martir en Libia. Insto a los libios a hacer frente a partir de esta noche a las ratas y mercenarios que siembran los disturbios en el país.
Muamar el Gadafi
El sabio no dice lo que sabe, y el necio no sabe lo que dice.
Proverbio Chino
Cada riesgo vale la pena ser tomado mientras que sea para una buena causa y contribuya a una buena vida.
Richard Branson
Tengo un hermano pequeño. Le gusta jugar a Chernóbil. Construye un refugio, cubre de arena el reactor... O se viste de espantapájaros y corre detrás de la gente y los asusta: ¡O-o-o...! ¡Soy la radiación! O-o... ¡Soy la radiación! Aún no había nacido cuando ocurrió aquello.
Svetlana Alexijevich