Por regla general, los maestros son individuos ignorantes. Saben poco de psicología. Siguen el camino más fácil. Desde su punto de vista, el castigo archiva por lo menos la responsabilidad de investigar la causa. El castigo le asegura al maestro una vida tranquila. Lo abominable es que este sistema se aplica en escala universal, en las escuelas de todos los países.