El hombre ha fijado para sí mismo el objetivo de conquistar el mundo, pero en el proceso pierde su alma.
Aleksandr Solzhenitsyn
El hombre no reza para dar a Dios una orientación, sino para orientarse debidamente a sí mismo.
Agustín de Hipona
Muchas veces me ha pasado eso: luchar incensantemente contra un obstáculo que me impide hacer algo que juzgo necesario o conveniente, aceptar con rabia la derrota y finalmente, un tiempo después, comprobar que el destino tenía razón.
Ernesto Sabato
A menudo pienso que la diferencia esencial entre una persona cultivada, o culta, y una persona inculta es que cuanto menos sabes, más tienes que gastar para divertirte.
Fernando Savater
Nadie nos prometió un jardín de rosas, hablamos del peligro de estar vivos.
Fito Páez
Lo que yo pido es que el Gobierno de España reconozca que se ha producido este importante aumento de la población.
Francisco Camps
Los libros son sepulcros del pensamiento.
Henry Wadsworth Longfellow
Ella escribió, que la memoria es frágil y el transcurso de una vida es muy breve y sucede todo tan deprisa, que no alcanzamos a ver la relación entre los acontecimientos, no podemos medir la consecuencia de los actos, creemos en la ficción del tiempo, en el presente, el pasado y el futuro, pero puede ser también que todo ocurre simultáneamente.
Isabel Allende
¡Acabad con toda sumisión! Poned vuestro ímpetu al servicio de la revolución nueva, que es vuestra también, porque es de todos, ¡porque es de España!
José Antonio Primo de Rivera
Mi personalidad está arriba y abajo, atrevida y descarada.
Katy Perry
Cuando el escritor ha llegado a la vejez, es cuando sospecha que el artículo que está escribiendo lo escribió ya otra vez.
Ramón Gómez de la Serna
La educación (la educación continuada, que sin cesar pule y amplía la mente) es una renovación mental vital.
Stephen Covey
En Rusia es impredecible hasta el pasado.
Tatiana Tolstoy
Vamos con calma que lo que traigo sale del alma.
Tego Calderón
Aumenta la soberbia el buen vestido.
Tirso de Molina
El no ser bueno más que para sí, es no ser bueno para nada.
Voltaire