Al más fuerte...
Alejandro Magno
De donde se verá cuanto nos importa el hacer mucho caso de cosas pequeñas, si pequeñas se pueden llamar las que nos acarrean tanto bien, y por donde nos puede venir tanto mal.
Alonso Rodríguez
La democracia es el destino de la humanidad; la libertad su brazo indestructible.
Benito Juárez
Estoy en paz con Dios, mi conflicto es con el hombre.
Charles Chaplin
Mi idea del atractivo femenino camina por la vereda de enfrente de la plena exposición. Seduce mucho mejor una insinuación que una aparatosa muestra gratuita del físico.
Emma Watson
La verdadera elocuencia consiste en no decir más de lo que es preciso.
François de La Rochefoucauld
El hombre piensa, aun cuando no tenga conciencia de ello.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
Abismos donde el día lucha con su sombra. Pesos que levitan. Calma que se derrumba.
Halfdan Rasmussen
Ninguna otra cosa encadena más al hogar, a la patria y a la humanidad que un matrimonio feliz. El célibe no está ligado a nadie, es un ciudadano del mundo, un judío errante sin descanso, siempre en viaje y sin finalidad.
Heinrich Zschokke
Mucha buena gente que no sería capaz de robarnos el dinero, nos roba sin escrúpulo alguno el tiempo que necesitamos para ganarlo.
Jacinto Benavente
Esa mujer es la luna, que en azar de amable guerra, va arrastrando por la tierra mi esperanza y mi fortuna.
Leopoldo Lugones
Siempre ha sido un misterio para mí cómo puede haber hombres que se sientan honrados con la humillación de sus semejantes.
Mahatma Gandhi
Atravesó un cementerio de tractores amarillos, orugas y máquinas de arrastre. Se preguntaba si éste era el lugar al que iban a morir los tractores.
Neil Gaiman
Conseguir que te llegue a querer alguien que te desprecia o a quien le eres indiferente es bastante más difícil que tumbarlo a porrazos. Los hombres pegan por impotencia. Creen que pueden conseguir por la fuerza lo que no son capaces de conseguir con la ternura, con la inteligencia.
Rafael Chirbes
No creo en el azar. Cuando nuestra sed de amor necesita expresarse, nosotros mismos vamos a desencadenar el azar, el encuentro...
Sophie Marceau
Tu libertad para agitar los brazos termina en donde comienza mi nariz.
Stuart Chase