El cerebro tiene tendencia a guiarse por las predicciones, hay que tener cuidado para no caer en eso.
Alejandro Jodorowsky
Para mi no se trata de a quién amas -un hombre, una mujer-, es el hecho de que amas. Eso es la que de verdad importa.
Al Pacino
El brillo acerado del iris de aquellos ojos crueles volvió a sobresaltarla. Vio un extraño color en ellos, quizás el color de la maldad.
Armando Rodera
A veces la mutilación puede ser una ventaja.
Chuck Palahniuk
Las decisiones filosóficas no son otra cosa que reflexiones sobre la vida ordinaria, metodizadas y corregidas.
David Hume
A medida que tenemos más luz, vemos que somos peores de lo que creímos.
François Fénelon
El periodismo consiste en buena medida en decir Ha muerto el señor Jones a gente que no sabía que existiera un tal señor Jones.
Gilbert Keith Chesterton
Hay ciertas fórmulas que parecen poseen un poder mágico temible. Millares de hombres se han dejado matar por unas palabras que jamás entendieron, y que, en la mayoría de los casos, carecían de sentido.
Gustave Le Bon
Dentro de poco tendremos una famosa victoria sobre los enemigos de mi Dios, de mi reino, y de mi pueblo.
Isabel I de Inglaterra
El único error, casi siempre, es creer que la posición en que estoy es la única desde la cual se divisa la verdad.
Jorge Bucay
... en Todos los nombres hay una sola persona que tiene nombre y se llama José, no porque sea mi alter ego, yo buscaba un nombre insignificante y la verdad es que el más insignificante que encontré fue el mío.
José Saramago
En Italia, el artista es un dios. Ahora, si el artista es un dios, el científico es, asimismo, un dios.
Joseph Albers
Alguien una vez dijo, hay una diferencia entre un fracaso... y un fiasco.
Orlando Bloom
Es extraño cómo un solo disparo puede hacer que todo cambie.
Richard Brautigan
Voy a empaparme en gasolina una vez más, voy a rasparme a ver si prendo, y recorrer de punta a punta la ciudad, quemando todos tus recuerdos.
Roberto Iniesta
La tarea de una novela es enseñar deleitando, y lo que enseña es a reconocer las insidias del mundo.
Umberto Eco