Dos monjes rezan continuamente, uno está preocupado, el otro sonríe. El primero le pregunta: ¿Cómo es posible que yo viva angustiado y tú feliz, si ambos rezamos el mismo número de horas?. El otro le responde: Es que tú siempre rezas para pedir, en cambio yo sólo rezo para dar gracias.