El hombre silencioso no presta testimonio contra sí mismo.
Aldous Huxley
Dios es eterno, inmutable, inmaterial, único, todopoderoso, soberanamente justo y bueno.
Allan Kardec
Lo pedí todo a fin de poder disfrutar de la vida, y se me dio la vida de manera que pudiese gozar de todo.
Anónimo
El secreto de la existencia humana no sólo está en vivir, sino también en saber para qué se vive.
Fiódor Dostoyevski
Era lo último que iba quedando de un pasado cuyo aniquilamiento no se consumaba, porque seguía aniquilándose indefinidamente, consumiéndose dentro de sí mismo, acabándose a cada minuto pero sin acabar de acabarse jamás.
Gabriel García Márquez
Una de mis grandes prioridades en la vida siempre es tener buen sexo, con relaciones que sean naturales y directas.
Heather Graham
La incomprensión, más que la imposibilidad de comprender, es la imposibilidad de sentir.
José Narosky
La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser.
José Ortega y Gasset
- ¿Algo que declarar? - Voy a colgar una cuerda de equilibrista entre las dos torres del World Trade Center y caminaré sobre ella. - ¡Ja! ¡Buena suerte!
Joseph Gordon-Levitt
La verdadera era de la información no llegará a las empresas hasta que éstas no estén en disposición de conocer en tiempo real la verdadera situación de sus cuentas.
Larry Ellison
Inglaterra no es Escocia.
Margot Robbie
Del mismo modo que existe una ecología del mundo natural, en los bosques, montañas y mares, hay también una ecología del mundo de las abstracciones mentales, las ideas y el pensamiento creado por el hombre.
Michael Crichton
Aquel que espera una gran acción de bondad al menos una vez, nunca hará nada. La vida está hecha de pequeñas cosas. La verdadera grandeza consiste en ser grandioso en las pequeñas cosas.
Samuel Johnson
Amor por nuestra voluntad se toma, mas no por voluntad nuestra se deja.
Séneca
En cualquier dirección que recorras el alma, nunca tropezarás con sus límites.
Sócrates
Se puede comprar el trabajo de una persona, pero no se puede comprar su corazón.
Stephen Covey