Las lecturas de otros influencian, desde luego, mi lectura personal, ofrecen nuevos puntos de vista e iluminan ciertos pasajes, pero en su mayoría son como el mosquito que le dice a Alicia al oído: Podrías hacer un chiste con eso. Me rehúso; soy un lector celoso y no voy a permitirle a nadie el ius primae noctis con los libros que leo.
Los escritores están un poco por debajo de los payasos y un poco por encima de las focas entrenadas.