María Santísima. La más bella criatura... Objeto toda ternura... pero su misión no es ser Ella el centro culto, sino llevarnos a Cristo y por Él al Padre...
Alberto Hurtado
Pregúntenme lo quiera que hoy estoy cargado de tigre.
Álvaro Uribe Vélez
La mujer y el libro que han de influir en una vida, llegan a las manos sin buscarlos.
Enrique Jardiel Poncela
Sólo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes.
Isabel Allende
El que fuese aficionado al baile era verdaderamente una ventaja a la hora de enamorarse.
Jane Austen
La paz del mundo no exige que cada hombre ame a su prójimo; solamente que ambos vivan juntos, tolerándose mutuamente, sometiendo sus disputas a un arreglo justo y pacífico.
John F. Kennedy
Y fortuna que se canta siempre se la lleva el aire.
José Zorrilla
El cuerpo leve de animal al roce será fecundo cuando las manos de este tiempo hagan de sed en propiedad de sed a los dos cuerpos.
Liliana Celiz
Uno es de donde tiene los libros.
Luis Señor
Si mis suspiros pudiesen a tus oídos llegar verías que una pasión tiene el poder de matar.
Manuel Antonio de Almeida
El único fracaso verdadero es no ser capaces de crecer como resultado de nuestras experiencias.
Marianne Williamson
Los países árabes amigos y los extranjeros intentan desestabilizar Libia, y las cadenas de televisión extranjeras están trabajando para el diablo.
Muamar el Gadafi
Pues por ti hago lo que sea, mientras no cueste trabajo.
Ramón Melendi
Si los programadores merecen ser recompensados por la creación de programas innovadores, entonces, por la misma razón merecen ser castigados si restringen el uso de estos programas.
Richard Stallman
¡Alegría! ¡Oh alegría desatada en las alturas del cielo! Las telas puras resplandecen, los invisibles atrios están sembrados de hierbas y las verdes delicias del suelo se pintan al siglo de un largo día.
Saint-John Perse
Con veintiún años, la vida es un mapa de carreteras. Es solo cuando cumples los veinticinco o así que empiezas a sospechar que has estado mirando el mapa al revés, y no es hasta que alcanzas los cuarenta que estás completamente seguro de haberlo hecho. Para cuando tienes sesenta, fíate de mí, uno está más perdido que la hostia.
Stephen King