La verdad no se posee, se busca. La felicidad no es beber de la fuente, sino ir acercándose a ella.
Albert Jacquard
La muerte no llama a la puerta. Está ahí, presente en la mañana cuando te despiertas. ¿Te has cortado alguna vez las uñas o el pelo? Entonces ya tienes la experiencia de la muerte.
Bob Dylan
Pero hasta tanto que llegue ese momento amenazador nuestro héroe no desea nada, porque está por encima del deseo, porque está saciado, porque es artista de su propia vida y se forja cada hora según su propia voluntad.
Fiódor Dostoyevski
El alma del bueno, desde acá tiene ya principio de su gloria en la quietud de su conciencia.
Fray Luis de Granada
Como hombre de familia, todo lo que quiero como padre es la pura felicidad para mis hijos.
Johnny Depp
Los que luchan buscando el bien ya lo han encontrado.
José Narosky
Estudiar es desconfiar de la inteligencia del compañero de al lado.
Les Luthiers
Morir es cosa de un segundo. Hagamos todos el sacrificio de nuestras vidas, si este sacrificio es útil, pero no seamos cobardes. Porque entonces perderemos la vida y la dignidad, que es aún peor.
Lord Byron
No ganar y ganar no es lo mismo, pero ningún éxito inmuniza.
Marcelo Bielsa
La vida cambia día a día, hoy estás compartiendo almohada con la chica de tus sueños y mañana estás en una habitación de hotel, más solo que la una. Hoy estás apunto de ser engullido por un tsunami y mañana bailas, y cantas con tus colegas, en una boda. La vida es un cambio constante.
Mario Casas
Quiero ser el hermano del hombre blanco, no su hermano político.
Martin Luther King
Cien veces os he dicho, siendo vos pequeño, que en este mundo la virtud es siempre perseguida. Porque mueren los envidiosos, pero la envidia jamás.
Molière
La única manera en que un hombre debe comportarse con una mujer es: haciendo el amor con ella, si es bonita, o con otra, si es fea.
Oscar Wilde
No existe un fracaso total.
Richard Branson
Las almas de todos los hombres son inmortales, pero las almas de los justos son inmortales y divinas.
Sócrates
Heredamos la esperanza, regalo del olvido. Verás cómo entre ruinas damos a luz niños.
Wislawa Szymborska