Una velada en que todos los presentes estén absolutamente de acuerdo es una velada perdida.
Albert Einstein
La inspiración es la televisión.
Andy Warhol
La razón es de naturaleza femenina: sólo puede dar a luz después de haber sido preñada.
Arthur Schopenhauer
El del español fue siempre un largo y doloroso camino hacia ninguna parte, jalonado de ruindad y de infamia. De que la grandeza, el fulgor de nuestra historia, resulta compatible con nuestra miserable condición humana; y que, paradójicamente, una es complemento o consecuencia de la otra, y viceversa.
Arturo Pérez-Reverte
A veces pienso que el cerebro tiene envidia del corazón. Y lo maltrata y lo ridiculiza y le niega lo que anhela y lo trata como si fuera un pie o el hígado. Y en ese enfrentamiento, en esa batalla, siempre pierde el dueño de ambos.
David Trueba
En las ideas es en donde reside nuestra fuerza y tanto mejor si las sostenemos con obstinación.
Enzo Ferrari
Cuando hayas de sentenciar procura olvidar a los litigantes y acordarte sólo de la causa.
Epicteto
Mi subjetividad necesita valores objetivos que me puedan servir de orientación. Creer es mantener subjetivamente algo como verdadero y en cuanto tal no posee validez alguna.
Ernest Bornemann
Durante cierto tiempo puede uno estar alegre interiormente, pero a la larga la alegría deben compartirla dos.
Henrik Ibsen
El corazón que despierta tarde cree que despierta a tiempo, y por eso las mujeres que aman de viejas, aman como jóvenes.
Ignacio Manuel Altamirano
Cuando el hombre no mira a la Naturaleza, siempre cree que puede mejorarla.
John Ruskin
¿Y qué es el dolor sino el depósito de la esperanza?
Joyce Carol Oates
Las elecciones no están lejos cuando un candidato te reconoce desde el otro lado de la calle.
Kin Hubbard
Soñamos con viajes por todo el universo: ¿el universo no está dentro de nosotros?
Novalis
Y, en fin, inquieto y violento por donde quiera que voy, soy todo y nada, pues soy el humano pensamiento. variedad tan singular, pues quien vive sin pensar no puede decir que vive.
Pedro Calderón de la Barca
Sólo hay un remedio para las canas. Lo inventaron los franceses. Se llama guillotina.
Pelham Grenville Wodehouse