El científico encuentra su recompensa en lo que Henri Poincare llama el placer de la comprensión, y no en las posibilidades de aplicación que cualquier descubrimiento pueda conllevar.
Albert Einstein
En el campo hace falta agitarse para saber la hora; el estómago es nuestro mejor reloj.
Aleksandr Pushkin
Las mujeres son como los caballos: hay que hablarles antes de ponerles las bridas.
André Maurois
A veces amar es una pesada cruz, pero tú eres tan simplemente bella... El secreto de tu gracia es igual a la clave del enigma de la vida.
Borís Pasternak
El Arte no es una cosa, sino un camino.
Elbert Hubbard
El que cree en Mí aunque hubiera muerto vivirá: esta promesa deben conocerla todos, y somos los cristianos quienes debemos difundirla.
Francisco Fernández-Carvajal
Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados una a arrollar, el otro a no ceder; la senda estrecha, inevitable el choque.
Gustavo Adolfo Bécquer
Existen empresas en las cuales el verdadero método lo constituyen un cierto y cuidadoso desorden.
Herman Melville
La teoría era simple: si alguien era capaz de reunir un montón de dinero, con toda certeza merecía ser senador de los Estados Unidos.
John Grisham
Si la fortuna quiere hacer estimable a un hombre, le otorga virtudes; si quiere hacerle estimado, le concede éxitos.
Joseph Joubert
Galatea lo diga, salteada. Más agradable, menos zahareña, al mancebo levanta venturoso, dulce ya concediéndole y risueña paces no al sueño, treguas sí al reposo, lo cóncavo hacia de una peña a un fresco sitial dosel umbroso, y verdes celosías unas hiedras, trepando troncos y abrazando piedras.
Luis de Góngora
Mi futuro comienza cuando me levanto cada mañana... Cada día busco algo creativo para hacer con mi vida.
Miles Davis
El primer paso para solucionar las crisis económicas y financieras es abolir el Premio Nobel de Economía.
Nassim Taleb
A diferencia de mis colegas, yo no he ido a rehabilitación. Putos maricas.
Noel Gallagher
A victoria sin peligro, triunfo sin gloria.
Pierre Corneille
El buen sentido ni se compra ni se vende ni nadie nos lo puede dar prestado.
Séneca