Yo no enseño a mis alumnos, solo les proporciono las condiciones en las que puedan aprender.
Albert Einstein
Puesto que no podemos sustraernos al dolor común, no lo hagamos mayor con nuestras quejas sin fin.
Alfred de Vigny
Cierro los ojos para ver más hondo y siento que me apuñalan fría, justamente, con ese hierro viejo: la memoria.
Ángel González
Las cosas extrañas y dramáticas suelen verse antes en la vida real que en los libros, llenos de ficciones convencionales y que se reproducen unas a otras.
Benito Pérez Galdós
En los tratos entre los hombres la verdad, la sinceridad e integridad son de mayor importancia para la felicidad en la vida.
Benjamin Franklin
La sinceridad la inventó uno que quería amargarle la vida al prójimo.
Enrique Jardiel Poncela
Desde el instante en que el hombre comete un crimen, entra el castigo en su corazón.
Hesíodo
Todas las acciones van orientadas hacia uno mismo, todo servicio sirve a uno mismo, todo amor es amor por uno mismo.
Irvin D. Yalom
Limpiaré las calles y aunque sea superficial, no veréis más miseria como la de los últimos 9 años.
Jesús Gil y Gil
Si nosotros tratamos bien al gato el gato nos tratará bien a nosotros.
Jim Davis
Ni la política ha de ser arte de escarceos, retazos y tráficos, ni es digno de confianza de su país el que mira más a parecer bien a sus adversarios -por sus seguridad y gloria de hombre hábil-que a intentar y realizar todas las mejoras que crea beneficiosas a su pueblo.
José Martí
No creo en el destino porque odiopensar que no soy yo quien controla mi vida.
Keanu Reeves
Que peligroso cuando los diseñadores usan una lengua que la gente no puede entender.
Paula Scher
El enfoque proactivo consiste en cambiar de adentro hacia afuera: ser distinto, y de esta manera provocar un cambio positivo en lo que está allí afuera: puedo ser más ingenioso, más diligente, más creativo, más cooperativo.
Stephen Covey
Y en el Reino de los judíos, durante el reinado sacerdotal de Dios, los diezmos y ofrendas constituían todo el ingreso público.
Thomas Hobbes
¡Cuán dulcemente suena en los oídos la voz de una mujer buena! Tan raras veces se la oye, que, cuando por fin habla, arrebata todos los sentidos.
Thomas Middleton