Que no pase un día sin hacer un nuevo enemigo.
Albert Boadella
La necesidad no conoce leyes.
Agustín de Hipona
Los planes del mañana pueden carecer de sentido a menos que estemos plenamente conectados al presente. Dado que vivimos en el presente, y sólo en el presente, no hay más realidad que la realidad presente.
Alan Watts
Dios hace aritmética.
Carl Friedrich Gauss
Tengo grandes compañeros que hacen la radio muy bien, de los que se aprende todos los días.
Carlos Herrera
Mi padre es una prisión, mi madre un sistema, soy lo que ustedes me hicieron. Los miro y me digo: ustedes quieren matarme y yo ya estoy muerto. Toda mi vida estuve muerto.
Charles Manson
La mayoría es lo más fuerte. Coloca a diez filósofos de un lado y a once bobos en el otro; los tontos ganarán.
Claude Tillier
Sólo de la rectitud del corazón nace la felicidad de todos requerida.
Esquilo
Debemos llenar ese vacío. Aunque cuando es el amor lo que nos falta, no hay nada que lo llene de verdad.
Federico Moccia
Hay grandes viajeros que nunca han salido de su barrio y turistas que han recorrido el mundo sin por ello ser viajeros.
Fernando Sánchez Dragó
Noel Gallagher tocando tiene demasiado respeto por el instrumento. Para sacar lo mejor de una puta guitarra también tienes que odiarla.
Graham Coxon
Su sentencia, sin embargo, le tenía reservado mayor despecho, porque el doble pensamiento de la felicidad perdida y de un dolor perpetuo le atormentaba sin tregua.
John Milton
Me parece que si tú o yo debemos escoger entre dos cursos de pensamiento o acción, debemos pensar antes en nuestra muerte e intentar de tal forma que nuestra muerte no le traiga placer al mundo.
John Steinbeck
Los enemigos son tan estimulantes.
Katharine Hepburn
Utilizaba la heroína porque nunca me vi capaz de afrontar bien la fama. Sabía que para ser feliz y hacer lo que quería, música, la fama era uno de los precios a pagar, y no me acostumbraba. Era más fácil meterse heroína y utilizar eso como una forma de distanciarse que afrontar la presión exterior.
Keith Richards
Los cuadros deben ser milagrosos.
Mark Rothko