Disidente es una palabra que me atrae más que inadaptado. El disidente está activo, el inadaptado es pasivo.
Alan Rickman
Un hombre feliz está demasiado satisfecho con el presente como para obsesionarse demasiado con el futuro.
Albert Einstein
Las personas que tienen buen carácter son las más dignas de ser queridas.
Antístenes
Se trata, precisamente, de que el individuo se sienta más pleno, con mucha más riqueza interior y con mucha más responsabilidad.
Che Guevara
La poesia: La poesía hay que hacerla en prosa. El verso no tiene razón de ser desde que se inventó la escritura, o sea un poquito después de Homero.
Fernando Vallejo
Tu línea de asunto será la parte más importante de todo tu email. Considérala como un verdadero titular, porque es exactamente eso: el titular de tu email. Sexy, intrigante, explicito.
Franck Scipion
A todo hombre le es concedido conocerse a sí mismo y meditar sabiamente.
Heráclito
La desdicha es el vínculo más estrecho de los corazones.
Jean de La Fontaine
Los zapatos de plata tienen un poder maravilloso le explicó la Bruja Buena, y una de sus cualidades más curiosas es que pueden llevarte a cualquier parte del mundo con sólo tres pasos, y cada paso se da en un abrir y cerrar de ojos. Todo lo que tienes que hacer es unir los tacones tres veces seguidas y ordenar a los zapatos que te lleven donde desees ir.
Lyman Frank Baum
¿De qué barro será esta nueva mamá? De su cruel orfandad el molde romperá y del horno saldrá su caliente verdad y el rayo preñará la tempestad.
Miguel Cantilo
En cualquier arte y en cualquier ciencia no debe ignorarse el ritmo.
Miyamoto Musashi
Discúlpeme, no le había reconocido: he cambiado mucho.
Oscar Wilde
Porque te quiero mujer. porque te quiero, y si me quedo sin ti... voy a morir.
Rubén Blades
Nada es más divertido que la infelicidad, te lo aseguro. Sí, sí, es la cosa más cómica del mundo.
Samuel Beckett
El placer supremo es obtener lo que se anhela.
Tales de Mileto
Los cuerpos se revuelven tan certeros, guiados del amor, como esos astros que, arriba, sólo ven tus ojos puros.
Vicente Gaos