Ya sabes, Londres está tan en expansión, ya que veces se puede olvidar que alguien más está en un escenario en otro sitio.
Alan Rickman
Más importante que vender discos, es un repertorio que pueda vender siempre.
Andrés Calamaro
Puedes pretender olvidar el pasado, pero siempre lo tendrás presente.
Anónimo
La sociedad es muy compleja, y cada vez es más y más complicada. Y la capacidad colectiva de la gente para hacerle frente a esta realidad cada vez más compleja no crece, hasta el punto que puede llegar un momento en que nos supere completamente, que las instituciones que tenemos no puedan afrontar los cambios con la velocidad y la capacidad necesarias.
Douglas Engelbart
En mudas circunstancias el buen amigo se manifiesta.
Eurípides
Admiramos las cosas por motivos, pero las amamos sin motivos.
Gilbert Keith Chesterton
El hombre no debería estar al servicio de la sociedad, sino la sociedad al servicio del hombre. Cuando el hombre se pone al servicio de la sociedad, tienes un Estado monstruo.
Joseph Campbell
Porque cuando Jesús posaba sus ojos se podía sentir que esa mirada trascendía lo humano, sabías que leía dentro de ti, que no se le escapaban ni los más recónditos pensamientos.
Julia Navarro
Japón nunca podría dejar de ser un país oriental en el que la tradición pesaba demasiado.
Junichiro Tanizaki
Las arrugas del espíritu nos hacen más viejos que las de la cara.
Michel de Montaigne
La literatura está llena de cosas inútiles absolutamente necesarias.
Rosa Montero
Busca el arrogante la sabiduría pero en vano, al inteligente la ciencia le es fácil.
Salomón
Es más acertado contener a los niños por honor y ternura, que por el temor y el castigo.
Terencio
Procure recordar que la tolerancia se convierte en un crimen cuando se tiene tolerancia con el mal.
Thomas Mann
Lo bello vale tanto como lo útil. Y añadió después de una pausa: Tal vez más.
Victor Hugo
El sol no había nacido todavía. Hubiera sido imposible distinguir el mar del cielo, excepto por los mil pliegues ligeros de las ondas que le hacían semejarse a una tela arrugada.
Virginia Woolf