Mantener esos arsenales caros significa que había menos dinero para gastar en la sociedad, en la educación, en la sanidad.
Alan Moore
La síntesis espiritual de un país es su arte.
Ángel Ganivet
La gloria humana no es otra cosa que un gran rumor de viento en los oídos.
Boecio
Nuestra sociedad la hemos formado con nuestra falta de espíritu; es como si nos la mereciésemos.
Charles Bukowski
Viajar es imprescindible y la sed de viaje, un síntoma neto de inteligencia.
Enrique Jardiel Poncela
Callar y quemarse es el castigo más grande que nos podemos echar encima.
Federico García Lorca
¿Cómo puedo soñar mientras escribo? Son de la pluma los sueños. La página en blanco le da el derecho a soñar.
Gaston Bachelard
Que el hombre sea noble, caritativo y bueno, puesto que sólo esto le distingue de todos los otros seres.
Goethe
El Hombre que más ha vivido no es aquél que más años ha cumplido, sino aquel que más ha experimentado la vida.
Jean-Jacques Rousseau
Lo poco que pueden todos, depende de lo mucho que algunos anhelan.
José Ingenieros
No hay camino sin democracia participativa y ésta no puede ser constreñida a dar la opinión una vez cada cuatro años. No, no, y no. Tenemos que buscar caminos para conocer, aceptar y desarrollar nuestros programas políticos e ideas de acuerdo con las vivencias y sentimientos de la ciudadanía.
Juan José Ibarretxe
No voy a ofender más a nadie, y hay verdades que aprendí a evitarlas porque dichas de manera contundente, terminan ofendiendo.
Marcelo Bielsa
Puedo transformar todo en un sketch, y en todas las cosas, incluso en las más trágicas, soy capaz de ver una maravillosa probabilidad de reír.
Rebeca Ghigliotto
La interpretación es la venganza que se toma el intelecto sobre el arte.
Susan Sontag
Antes de juzgar a una persona, camina durante tres lunas con sus mocasines.
Susanna Tamaro
No hay que desposeer a los humanistas de su función de educadores..., no se les puede arrebatar, pues son los únicos depositarios de una tradición: la de la dignidad y belleza humana. En otras épocas, los humanistas reemplazaron a los sacerdotes que, en tiempos turbios y antihumanos, pudieron arrogarse la dirección de la juventud. Desde entonces, señores, no ha surgido otra clase de educador.
Thomas Mann