Prométeme que siempre recordarás que: eres más valiente de lo que crees, más fuerte de lo que pareces, y más inteligente de lo que piensas.
Alan Alexander Milne
No puedes imaginar cuanto te quiero, ahora los relojes pararán.
Amaia Montero
Si lo sé, no marco el gol.
Andrés Iniesta
Los que se enamoran muy deprisa suelen aborrecerse muy despacio.
Antonio de Guevara
Los hábitos son una segunda naturaleza que destruyen a la primera.
Blaise Pascal
Quiero ser una fuerza de cambio.
Damian Marley
Pero en materias como éstas -agrega el historiador- que exceden por completo la capacidad del hombre, puede suceder muy bien que quienes más discurren sean los que menos saben y lleguen a lograr una aceptable apariencia de verdad en sus argumentos, al par que se hallan extremadamente lejos de la verdad real y de la causa de los hechos.
David Hume
La tortuga dice que su propio caparazón es el hogar ideal.
Esopo
Los que planean la destrucción de otros, a menudo mueren en el intento.
Fedro
La educación debe ser la máxima prioridad nacional, pues es la forma más eficaz de combatir la pobreza.
Francisco Domínguez Brito
La perspicacia tiene un algo de poder adivinatorio que halaga nuestra vanidad más que cualesquiera otras cualidades espirituales.
François de La Rochefoucauld
En la situación actual... Bueno que tenemos que cambiar el mundo, que no sabemos cómo hacerlo, que no va por el Estado, que entonces es un proceso colectivo de caminar preguntando, pero parte de este proceso de caminar preguntando, es imaginar, ¿No?, imaginar nuevas formas de lucha, imaginar nuevas formas de organización, la fantasía.
John Holloway
Creo que el mundo es un lugar complicado, y la gente es un animal interesante que hace cosas por razones complejas. Por ello no creo que debiera haber una ideología.
Linus Torvalds
La economía es una siembra.
Orison Swett Marden
A la mayor parte de los niños no les falta ingenio, sino aplicación.
Quintiliano
Por otra parte, los vampiros siempre son hombres. Y lo mismo ocurre con los duendes. Y los dos son peligrosos. Pero ninguno de los dos es ni la mitad de peligroso que una bruja de verdad.
Roald Dahl