Si leemos la obra maestra escrita por un hombre de auténtico genio, nos deleita encontrar en ella reflexiones que nosotros mismos hemos llevado a cabo y que habíamos despreciado, gozos y zozobras que habíamos reprimido, todo un mundo de sentimientos que habíamos vilipendiado y cuyo valor nos enseña de pronto el libro en que los hemos descubierto.