Cuando las decisiones pueden debatirse con plena libertad, la razón empieza a desplazar a la riqueza como principal fuente de poder.
Al Gore
Somos simples sombras que nacen y mueren porque sí.
Alejandro Dolina
No soy de esos que abandonaron la tierra a merced de los enemigos. Sus halagos me dejan fría, mis canciones no son para que las alaben ellos.
Anna Ajmátova
Yo ya no podré estar aquí. Voy hacia delante a cada instante. No hay más remedio, es el flujo del tiempo que no puede detenerse. Seguiré.
Banana Yoshimoto
Los libros son espejos: sólo se ve en ellos lo que uno ya lleva dentro.
Carlos Ruiz Zafón
Aunque sé que me la juego un poco siendo natural, también creo que es más honesta mi actitud de ser como soy, a ponerme en un plan postizo que no me apetece.
Chenoa
Si el nacionalismo de Cataluña consigue despertar con su ejemplo a las fuerzas dormidas de todos los pueblos españoles, el nacionalismo catalán habrá logrado su primera acción imperialista.
Enric Prat de la Riba
La madurez es controlardeseos y retrasar gratificaciones. Si no nos dejamos arrastrar por los primeros impulsos, estaremos tomando el control de nuestra vida y gozaremos de verdadera libertad.
Enrique Rojas
El enamoramiento es un estado de miseria mental en que la vida de nuestra conciencia se estrecha, empobrece y paraliza.
José Ortega y Gasset
La modestia se parece a las estrellas, que cuanto más buscan la oscuridad en el cielo, más brillan.
José Selgas
Cuando se trata del amor resultamos ser nuestro peor enemigo.
Kate Winslet
Ser cobarde no tiene nada de malo mientras vaya acompañado de la prudencia. Pero cuando el cobarde deja de recordar quién es..., que Dios lo ayude.
Khaled Hosseini
¿No tenemos a todos los necios de la ciudad de nuestra parte? ¿Y no son éstos, en cualquier ciudad, una mayoría aplastante?
Mark Twain
Nunca podrás vengarte de tu enemigo, porque el mayor que tienes eres tú mismo; pues es notorio que la venganza es hija del amor propio.
Melchor de Palau
¿Te refieres a mis tetas? Si vienes con el flash hombre!
Rihanna
Los hombres honrados también ceden a la coacción,
Stephenie Meyer