... está claro que el acceso generalizado a una educación de calidad da más posibilidades de éxito a las democracias.
Al Gore
La mentira es usada como anestesia para aplacar el dolor dentro esta sociedad capitalista.
Alex Pimentel
Los españoles, que durante muchos siglos supimos ser pobres con dignidad, nunca habíamos sabido ser dóciles.
Almudena Grandes
Ellos -los muertos- susurran en el oído del adolescente lo que se puede esperar de la vida. ¡Qué fácil es parra el adolescente perderse en el viento, perderse en la voz de los muertos que pasan!
Carlos Bousoño
Tengo los pies en la tierra, muchas veces es mi diferencia con algunos políticos tradicionales.
Daniel Scioli
La meta ideal de la filosofía sigue siendo puramente la concepción del mundo, que precisamente, en virtud de su esencia, no es ciencia. La ciencia no es nada más que un valor entre otros.
Edmund Husserl
Pero la plenitud democrática no va a ser alcanzada más que en una sociedad socialista.
Felipe González
Fue una temporada extraña, llena de nerviosismo, un verdadero caos en el que sentimientos opuestos, pensamientos, sospechas, esperanzas, alegrías y sufrimientos se arremolinaban en un torbellino.
Iván Turguénev
La amistad es el mejor bálsamo para las heridas que produce en el alma un amor mal correspondido.
Jane Austen
... Y nos vamos al infierno pagando primero el porte.
Juan Pérez de Montalbán
Siempre he sabido que en el fondo del corazón de todos los seres humanos hay misericordia y generosidad. Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, su procedencia o su religión. El odio se aprende, y si es posible aprender a odiar, es posible aprender a amar...
Nelson Mandela
Una línea es un punto que camina.
Paul Klee
La verdadera ciencia y el estudio verdaderamente digno del hombre es el hombre mismo.
Pierre Charron
Voz del pueblo, voz del cielo.
Proverbio
Los periodistas son como chacales, y uno no puede permitir que los chacales lo muerdan. Tiene que ir para otro lado.
Robert De Niro
El honor es un enemigopúblico, y la conciencia, un enemigo doméstico.
William Congreve