En ausencia de una responsabilidad rigurosa, florece la incompetencia. Se fomenta y se recompensa la falta de honradez.
Contemplar cuadros con un desconocido es una forma discreta de exploración mutua y ligera seducción.
¡Bienaventurado todo aquel a quien la mujer dice "no quiero", porque ése, a lo menos, oye la verdad!