Con un buen guión un buen director puede producir una obra maestra. Con el mismo guión, un director mediocre puede producir una película pasable. Pero con un guión malo ni siquiera un buen director puede hacer una buena película. Para la expresión realmente cinematográfica, la cámara y el micrófono debe ser capaz de atravesar el fuego y el agua. El guión debe ser algo que tenga el poder de hacer esto.