No tema equivocarse. Pero no cometa el mismo error dos veces.
Akio Morita
La difusión de la cultura, del ocio y el bienestar económico han creado una inusitada demanda de arte popular. Como quiera que el número de buenos artistas es siempre muy limitado, tal demanda ha tenido que ser forzosamente satisfecha, en sustitución de aquellos, por los malos artistas.
Aldous Huxley
La ignorancia no es no saber sino no querer saber.
Anónimo
El que no está ocupado naciendo está ocupado muriendo.
Bob Dylan
La muerte es de una vulgaridad absoluta; todos los nacidos terminan pasando por ella.
Camilo José Cela
Olvida todo lo que crees saber.
Chiwetel Ejiofor
El mundo pequeño está lleno de cosas que ver.
Christoph Waltz
Cuando me muera, voy a ver el revestimiento del mundo. La otra cara, más allá de las aves, las montañas, la puesta de sol.
Czeslaw Milosz
Ellos no ven en mí más que a Eva Perón. Los descamisados, en cambio, no me conocen sino como Evita.
Eva Perón
No son nuestros libros lo que sobreviven, sino nuestras pobres vidas, las que subsisten en las historias que narramos en ellos.
François Mauriac
No hay ninguna lectura peligrosa. El mal no entra nunca por la inteligencia cuando el corazón está sano.
Jacinto Benavente
Nacemos, y en ese momento es como si hubiéramos firmado un pacto para toda la vida, pero puede llegar el día en que nos preguntemos Quién ha firmado esto por mí.
José Saramago
Probablemente Icaro creía tocar el cielo cuando se hundía en el mar epónimo.
Julio Cortázar
Por los defectos de los demás el sabio corrige los propios.
Publilio Siro
Estos minutos fueron el comienzo de un estado de ensueño muy extraño y ferviente, de un sentimiento tan impetuoso y exaltado que apenas le corresponde el término grave y noble de amor. Era ese amor, de fidelidad canina y desprovista de deseos, que los seres humanos generalmente no experimentan en la flor de su vida, que sólo sienten las personas muy jóvenes o muy ancianas.
Stefan Zweig
Por otro lado... el mundo no se movía por los héroes o los villanos ni aún por los policías. Más valiera que se moviera por símbolos. Todo lo que él sabía era que no se podía esperar una oportunidad para el premio gordo, como la paz mundial y la felicidad, pero siempre tendría que ser posible un pequeño acto que hiciera el mundo, de una forma pequeña, un lugar mejor.
Terry Pratchett