En siendo gusto, señora, no importa que no sea bueno; que la voluntad no tiene razón para un deseo.
AgustÃn Moreto
Mi voz es un silencio sin adornos.
Alejandro Lanús
Nuestra adhesión a un jefe natural no es una pérdida de libertad, es el reconocimiento de que nuestras ideas tienen un ejecutor y un intérprete.
George Santayana
La eternidad profunda sonreÃa en tus ojos... Oh antorchas del mundo, en el cielo encendeos.
Gérard de Nerval
La cólera da ingenio a los hombres apagados, pero los deja en la pobreza.
Isabel I
Me gusta pensar que no sólo hay música de usar y tirar.
Ismael Serrano
Mi premio anterior también estuvo basado en un esfuerzo de estrecha colaboración.
John Bardeen
Esas cosas horrorosas pueden sobrevivirse, porque somos tan indestructibles como queramos creerlo.
John Green
En cada encrucijada del sendera que lleva al futuro, la tradición ha colocado diez mil hombres para custodiar el pasado.
Maurice Maeterlinck
El ahorro, cuando se hace a costa de una necesidad insatisfecha, ocasiona en los hombres acritud y encono.
Miguel Delibes
La felicidad es el anhelo por la repetición.
Milan Kundera
Todo lo que hay de bueno en nuestra civilización es resultado del comercio, el clima, el suelo, la situación geográfica, la industria, la inventiva, el descubrimiento, el arte y la ciencia.
Robert G. Ingersoll
Era primavera, el sol salió ese dÃa por ponerse a tu vera.
Roberto Iniesta
Estoy desencantada de los chicos. He tenido varios exnovios que se quejan porque escribo de ellos o por lo que hablo de ellos a los medios... Pienso que es algo gracioso que te llamen tus ex enamorados. ¿Lo hacen porque siempre quieren tener la última palabra?, eso es muy gracioso.
Taylor Swift
Ejercita cada dÃa tus ojos poniéndote frente al espejo. Tu mirada debe aprender a posarse silenciosa y pesadamente sobre el otro, a disimular con velocidad, a aguijonear, a protestar. O a irradiar tanta experiencia y sabidurÃa que tu prójimo te dé la mano temblando.
Walter Serner
Para rezar a Dios con devoción no hace falta creer en Dios según los dogmas de ninguna religión.
William Somerset Maugham