La religión une a los hombres en Dios.
Agustín de Hipona
Juventud, ¿sabes que la tuya no es la primera generación que anhela una vida plena de belleza y libertad?
Albert Einstein
El hombre es el más misterioso y el más desconcertante de los objetos descubiertos por la ciencia.
Ángel Ganivet
La amaba contra toda razón, contra toda promesa, contra toda paz y esperanza y contra la felicidad y el desencanto que pudiera haber en ello.
Charles Dickens
Encontrar un hombre que te ame no te transforma en una cazadora de hombres, porque si lo cazaste, deja de ser un hombre para transformarse en un zorro y el día de mañana abrirá un agujero y se escapará
Coco Chanel
Me gusta la gente sentipensante, que no separa la razón del corazón. Que siente y piensa a la vez. Sin divorciar la cabeza del cuerpo, ni la emoción de la razón.
Eduardo Galeano
Estos bellos ejemplares del género humano en el cine del centro de la ciudad actúan sin ningún tipo de dolor y sin la posibilidad de sentir dolor. Todo es plástico. En sí mismo el dolor no es más que una consecuencia del deseo de placer, de destrucción, de aniquilamiento y, en su forma más sublime, una forma de placer.
Elfriede Jelinek
Las promesas son olvidadas por los príncipes, jamás por los pueblos.
Giuseppe Mazzini
Hay mucha diferencia entre viajar para ver países y para ver pueblos.
Jean-Jacques Rousseau
Partimos cuando nacemos, andamos mientras vivimos, y llegamos al tiempo que fenecemos; así que cuando morimos descansamos.
Jorge Manrique
Es buena la propaganda que conduce al éxito.
Joseph Goebbels
La lucha dormida, latente durante siglos, y que tendrá lugar tarde o temprano es la lucha del pueblo contra los bancos.
Lord Acton
La fama no cambia a nadie, lo único que hace es descubrir a los idiotas; si eres un idiota anónimo, sólo lo saben en tu casa y poco más, pero cuando eres famoso, lo sabrán en todo el mundo.
Patricia Conde
Yo no quiero ser ejemplo de nadie.
Pep Guardiola
El odio mal dirigido es la desgracia de las razas.
Tupac Shakur
Dejemos esclarecer por el tiempo las dudas. La fortuna conduce al puerto muchos barcos sin piloto.
William Shakespeare