De la tierra en que yo muera, surgirá cómo una espiga, roja y negra, de la pólvora y la sangre, mi bandera.
Agustín Agualongo
Las lágrimas no piden perdón, lo merecen.
Ambrosio de Milán
Acércate. Junto a la noche te espero. Nádame. Fuentes profundas y frías avivan mi corriente.
Carmen Conde
Sé perfectamente que apenas se discute en este libro un solo punto acerca del cual no pueden aducirse hechos que con frecuencia llevan, al parecer, a conclusiones diametralmente opuestas a aquellas a las que yo he llegado.
Charles Darwin
Existen pequeñas verdades que, a fuerza de exagerarlas, se convierten en grandes mentiras.
Daniel Stern
Mi corazón es miel, perfume y fuego, y vivo y muero de una sed gloriosa: tu sangre viva debe ser mi riego.
Delmira Agustini
Amar es lo contrario de utilizar.
Juan Pablo II
El amor es más fuerte.
Sólo una paz basada sobre la solidaridad internacional de la clase obrera y sobre la libertad de todos los pueblos puede ser una paz duradera.
Karl Liebknecht
Todavía puede tal vez llegar la aurora de una época más afortunada, ¡ay!, que la nuestra, en que podamos ser juiciosos sin dificultad y estar alegres sin frivolidad.
Matthew Arnold
La vida sería dos y diez veces vida, si la empleáramos con sabios y fecundos compañeros.
Ralph Waldo Emerson
En la actualidad, no sólo nuestros reyes ignoran la matemática; también nuestros filósofos, y para ir más lejos, ni nuestros matemáticos saben matemáticas.
Robert Oppenheimer
Si llega la policía... no es pecado vida mía, ponerse a disparar.
Roberto Iniesta
El buen suceso disculpa la temeridad.
Séneca
A una verdad, le añaden muchos ceros.
Tirso de Molina
El rugido de los leones, el aullido de los lobos, la cólera del mar tempestuoso y la espada destructora son porciones de la eternidad demasiado grandes para el ojo del hombre.
William Blake