El corazón de una mujer que ama perdonará muchos golpes.
Agatha Christie
Cual rayo postrero, cual aura que anima el último instante de un hermoso día, al pie del cadalso ensayo mi lira.
André Chénier
La dulzura del vivir se hace más intensa cuando no caminamos ya impetuosamente hacia lo futuro, y el hombre gusta de detenerse y quisiera volver atrás.
Andrenio
No intentes cambiar el mundo, intenta que el mundo no te cambie a ti.
Carlos Ruiz Zafón
Por acaso se oye proferir a algunos como un oráculo misterioso la siguiente proposición: El bien común prefiere al particular. Pero en la práctica nada se ve tan comúnmente sino6 que el interés del público es sacrificado al interés del individuo.
Eugenio Espejo
Si le cortas la lengua a un hombre, no demuestras que estuviera mintiendo: demuestras que no quieres que el mundo oiga lo que pueda decir.
George R. R. Martin
Si tuviéramos que tolerar a los demás todo lo que nos permitimos a nosotros mismos, la vida sería intolerable.
Georges Courteline
Déjame ponerte un sonrisa en esa cara.
Heath Ledger
La mayor virtud de un buen marinero es una saludable incertidumbre.
Joseph Conrad
El ajedrez es un juego en que se desarrolla una inmensa actividad que no deja huella alguna.
Man Ray
Yo no estoy atado a la guitarra, la guitarra me ha librado y ha sacado mi personalidad afuera; Yo sin la guitarra sería un introvertido para toda la vida, ya que no tengo otra forma de expresión que no sea la guitarra.
Paco de Lucía
Existe una lógica de los colores a la cual el pintor debería adaptarse, que no es la lógica del cerebro.
Paul Cézanne
Darme una nueva idea es como dar a un imbécil un arma cargada, pero te lo agradezco de todos modos, bang, bang.
Philip K. Dick
Aplaudiría con las orejas si el segundo puente estuviera listo para octubre de 2012.
Teófila Martínez
El orgullo prefiere ir descaminado a ir detrás de otros.
Thomas Fuller
Hay dos clases de gente para quienes la vida es una fiesta continua: los muy ricos y los muy pobres. Unos, porque no carecen de nada; los otros, porque no tienen nada que hacer.
Washington Irving