Entendido, lo nuestro es mas profundo que las palabras...
Adam Brody
Hemos llegado al punto de la historia biológica donde somos ya responsables de nuestra propia evolución. Nos hemos convertido en autoevolucionadores. La evolución significa seleccionar y, por tanto, escoger y decidir, y eso significa valorar.
Abraham Maslow
Tenías que hacerte amigo de un compañero de celda loco, ¿verdad? ¿No podías limitarte a contar las baldosas del techo o a domesticar un ratón como hacen los prisioneros normales?
Cassandra Clare
Al mismo tiempo, muchos parecen tener que ver con recrear cosas que nosotros u otros ya hemos hecho; parece bastante trillado intelectualmente; ¿hay escasez de ideas realmente nuevas?
Dennis Ritchie
Intenta comprender, no eres un personaje de tragedia.
Ernest Hemingway
No es de muerte ninguna herida de amor.
Francisco de Rojas Zorrilla
Como en un libro abierto leo de tus pupilas en el fondo.
Gustavo Adolfo Bécquer
Son nuestras decisiones las que muestran lo que podemos llegar a ser. Mucho más que nuestras propias habilidades.
J. K. Rowling
El robo sin papeleo es un delito.
Jaume Perich
La naturaleza enseña más de lo que predica.
John Burroughs
Después de la virtud, es el conocimiento, real y esencialmente, lo que eleva a un hombre por encima de otro.
Joseph Addison
La vejez pone más arrugas en el espíritu que en la cara.
Michel de Montaigne
Yo no quiero ser ejemplo de nadie.
Pep Guardiola
Por otro lado... el mundo no se movía por los héroes o los villanos ni aún por los policías. Más valiera que se moviera por símbolos. Todo lo que él sabía era que no se podía esperar una oportunidad para el premio gordo, como la paz mundial y la felicidad, pero siempre tendría que ser posible un pequeño acto que hiciera el mundo, de una forma pequeña, un lugar mejor.
Terry Pratchett
Insultos por el rastro de un error.
Tiziano Ferro
Los exploradores, que preparaban el camino del mejor modo posible, y una parte de la vanguardia fueron devorados antes de poder advertirlo. La confusión era extrema; los lobos, los tigres y demás carniceros, invitados por sus compañeros, acudían de todas partes. Se escuchaban crujidos de huesos y, en el aire, un espantoso aleteo; los buitres comenzaban a añadirse al festín.
William Beckford