Imágenes
Quien equipara lo visible con lo invisible, no temerá las vicisitudes de la vida y de la muerte.
Zhuangzi
En el contacto con las cosas, el corazón del hombre se enreda y lucha: prudencia, astucia, calma.
Permanece quieto, sé puro; no fatigues tu cuerpo, no perturbes tu esencia vital, y vivirás por siempre.
Mejor que mostrar con un significado que el significado no es significado, utiliza el no significado para demostrarlo.
El buen orden resulta espontáneamente cuando se dejan las cosas a sí mismas.
Las extremidades de los patos son cortas pero si pretendes alargarlas, será con dolor. Las patas de las grullas son largas pero si las acortas, será también con dolor. Así lo que naturalmente es largo no necesita acortarse y lo que naturalmente es corto no necesita alargarse. De esta manera no será preciso quitar penas. Querer regular todo es vulnerar la naturaleza.
Ser inmortales ¿Para qué? El cuerpo se corrompe, así también el espíritu. ¿Podemos negar ese inmenso dolor? ¿La vida del hombre es tan absurda? ¿O es que soy el único que lo piensa, yo, el más absurdo de entre todos?
Cuando inspecciones un templo, no te olvides de recorrer también los retretes.
Un pequeño saber no puede equipararse a uno grande. Ni una corta vida a una larga existencia. ¿Cómo se sabe que esto es así? El hongo que sólo vive una mañana desconoce el ciclo de la luna. La cigarra de verano nada sabe de primaveras ni de otoños. Así son las pequeñas existencias.
El Cielo y la Tierra tienen funciones separadas. El ying y el yang tienen sus raíces escondidas. Conserva cuidadosamente tu cuerpo, y las cosas materiales prosperarán por sí mismas.
¿Este inmenso azul del cielo es su verdadero color o es el efecto de la distancia infinita?
La gente común tiene una naturaleza constante: hila y se viste, ara y se alimenta... en lo que cabría llamar su "libertad natural". En su libertad natural, esta gente nació y murió a su suerte, sin sufrir restricciones ni limitaciones; nunca fue levantisca ni rebelde. Si a los gobernantes les diera por establecer leyes y ritos para gobernar a esta gente, no sería muy diferente de pretender alargar las cortas patas de los patos o recortar las largas zancas de una garza, o de poner ronzal a un caballo.
La vejez que no tiene más primacía que la del tiempo, no es verdadera primacía. Ser hombre y no aventajar a los demás con hombría de bien, no es más que vejez.
El nombre de las cosas es el nombre que nosotros les damos.
Hay un gran árbol; su tronco es tan grueso que sería muy difícil cortarlo. Ahí sigue al borde del camino. Los carpinteros que pasan por allí ni se dignan mirarle, pero muchos viajeros se cobijan bajo su enorme sombra. Así es el Sabio: de tan grande deviene en inútil, pero muchos se cobijan bajo sus palabras. ¿Por qué, entonces, va a ser perjudicial y malo no servir para nada?
Inteligencia apropiada para desempeñar un oficio, conducta ejemplar en la sociedad, virtud pareja a la del príncipe, talento suficiente para servir al estado, todos ellos atributos que hacen a un hombre tan orgulloso como esas pequeñas criaturas.
Si la vida pesa mucho, las riquezas pesarán poco.
Cortando cada día una mitad a un palo de un pie de largo, no se acabará en diez mil siglos.
¿Es que hay en verdad un esto y un aquello? ¿Es que no hay en verdad un esto y un aquello? El punto en donde esto y aquello neutralizan su oposición es el núcleo del Tao: el centro de un círculo que irradia infinitas respuestas. Infinito es el sí. Infinito es el no. Escrito está: nada es comparable a la Iluminación.
Los pies pisan el suelo; pero es aquello que no pisan lo que permite caminar. Aquello que se conoce es poco; pero, apoyado en lo poco que se conoce es posible conocer mucho.
No puede uno crecer más por haber subido más alto, ni tampoco puede ser más pequeño por vivir en un lugar más bajo.
Si el agua es poco profunda no puede sostener un barco; pero el agua de un tazón volcada en un pequeño hoyo puede hacer un barco de una simple hoja de hierba.
La nivelación hecha con un nivel mal nivelado no es nivelación.
El gran saber todo lo abarca. El pequeño todo lo divide.
¿Pero qué es un hombre verdadero? Los hombres verdaderos de la antigüedad. No pasaban por encima del débil, no lograban sus fines por la fuerza bruta y no se rodeaban de consejeros. En esta forma, fracasando no tenían causas para lamentarse; de tener éxito, no tenían motivos de satisfacción propia. Y podían, por lo tanto, alcanzar las más grandes alturas sin temblar. Entrar en el agua sin mojarse, y pasar por el fuego sin sentir el calor.
Lo bien hecho necesita tiempo. Lo mal hecho es irreversible. ¿Cómo no ser prudente? Deja que tu corazón libre vague entre las cosas; entrégate a lo inevitable y nutre tu propio centro: es la más alta perfección.
Una rana en un pozo no puede concebir el océano.
La utilidad de la red está en los peces que coge. Cogidos los peces, se olvida la red. La utilidad de la trampa radica en los conejos que captura. Capturados los conejos, se olvida la trampa. La utilidad de las palabras está en las ideas que expresan. Entendidas las ideas, se olvidan las palabras.
¿Acaso puede haber hijos y nietos si antes no hubiera habido hijos y nietos?
A nadie se le coge si no es en la trampa de aquello a lo que está aficionado.
Las palabras deben siempre detenerse ante lo que el entendimiento ignora.