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El medio ambiente es uno en todos sus aspectos: pertenecemos interiormente al medio ambiente que creamos, es decir, a nuestro cuerpo, su salud, su bienestar, su pena o su malestar, y también a nuestros pensamientos...
Yehudi Menuhin
Existen muchas encarnaciones de Dios, puesto que cada uno de nosotros revela una fracción, una parte ínfima de ellas; cada uno de nosotros pertenece a Dios.
Lo que debemos desarrollar es la sensibilidad, la actividad del cuerpo y del espíritu conjuntamente. Hace falta que desde la infancia se diga "puedo emplear mi cuerpo, hago una obra de él; tengo dones en todos los sentidos, los conozco en mí y puedo apreciarlos en los demás, puedo por tanto hacer cosas bellas con ellos".
Reconciliar al mundo es demasiado ambicioso, pero al menos se puede formar a los niños para ser respetuosos hacia las diferencias, que son lo único que nos permite aprender: Si todos fuéramos iguales, no podríamos ofrecernos nada unos a otros.
Recuerdo vivamente mi primera lección con Enescu. Mi madre me llevó a su casa y esperamos en el salón, al poco rato apareció el maestro con su violín y comenzó a tocar una Partita de Johann Sebastian Bach. Ahí verdaderamente comenzó mi amor por el instrumento.
Hay una dirección a tomar hacia un conocimiento más profundizado de nuestro universo, en la ruta del amor, de la comprensión, de la compasión; hacia el deseo de conocer a todos los que viven, no solamente los seres humanos, todos los humanos de todas las culturas, sino también los animales y la naturaleza.
Por eso no debemos temernos, tener miedo nos vuelve enemigos. Nos ha de empujar la necesidad de realizar nuestros sueños, que constituye el porqué de la vida. No deberíamos estar gobernados por el miedo a cumplir nuestras pesadillas.
Hay que sugerir un lazo con el inconsciente que se une al consciente, porque sin inconsciente, sin la experiencia emocional, sin la experiencia de nuestros sentidos toda abstracción intelectual no es más que polvo.
La voz del violín cubre las cuatro voces humanas: soprano, contralto, alto y bajo, en las cuatro cuerdas.
El héroe es único puesto que ha vencido a sus enemigos... ¡Pero no sería héroe sin enemigos! El enemigo es esencial en su carrera, por lo que depende de ellos para hacerse grande, no solamente de los que le siguen.
Nadie parte de la nada; se mejora con otros, antes, con y después de sí mismo.
El violín, para mí, es un ser vivo puesto que tiene una voz, que depende no obstante del modo que Ud. Le hace cantar. El violín no puede ser tratado brutalmente. Da lo mejor de sí cuando no se fuerza su sonoridad, cuando no se le aplasta.
La música es verdaderamente la expresión de la vida y la humanidad hacia lo desconocido, la sublimación de todas esas emociones, buenas y malas, que de no ser por ella nos aprisionarían.
Cualquier cosa que consigamos, no estamos solos en haberlo logrado. Hay un algo ahí que existe en parte o en potencia; es la atmósfera, el ambiente.
Estoy seguro de que la buena música la vida alarga.
¡Pero hay siempre los que quieren explotar el miedo, las diferencias para engrandecerse a sí mismos! ¿No conocemos eso desde siempre?, pero es preciso -no digo que haya que ceder a la brutalidad, tenemos que ser fuertes-, es preciso cultivar la confianza.
El violín es el símbolo principal, el arco es algo personal pero el violín es el alma de la humanidad. Además, el pequeño pedazo de madera que sostiene la tapa es el alma... Y el ajuste del alma es una cosa muy delicada porque el menor movimiento que no permite la adhesión completa impide que la sonoridad se exprese por completo.