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¿El delfín no tiene claro lo que es un delfín? Creo la respuesta está en algo que he mencionado antes: ese grado de locura que hace que la vida discurra de forma inescrutable, y que a la vez sea precisamente lo que la salve.
Yann Martel
No creo en la religión. La religión equivale a oscuridad.
La supervivencia parte de reparar en lo que tienes a tu disposición, en lo que está a mano. Mirar hacia fuera equivale a soñar, dejar que se te escape la vida de las manos.
Los caminos hacia la liberación son múltiples, pero la orilla siempre es la misma.
La memoria es un océano y él se mece en sus olas.
Bendita sea la parte de nosotros que nos protege de tanto dolor y tristeza. En el corazón de la vida hay una caja de fusibles.
El campo de batalla principal del bien no es el espacio abierto de una arena pública, sino el pequeño claro que hay en el corazón de cada uno.
Elegir la duda como modo de vida, es como elegir la inmovilidad como medio de transporte.
Esto me pasó una y otra vez. Es verdad que la necesidad es la madre de la invención, es una gran verdad.
Unas nubes esponjosas, blancas y radiantes empezaron a iluminar la bóveda infinita de azul clarito.
Estoy ciego y no tenemos comida ni agua, pero nos tenemos el uno al otro. Eso ya es algo. Algo precioso.
Hay animales que no hemos visto. No os creáis que son inofensivos. La vida se defenderá por muy pequeña que sea.
La bóveda del mundo estaba teñida de colores espléndidos. Las estrellas también tenían ganas de participar, y cuando la manta de colores empezó a deslizarse al otro lado del horizonte, centellearon a través del intenso azul.
En una ocasión salí de la ciudad y a la vuelta, en un punto en el que la tierra se elevaba y veía el mar a la izquierda y toda la carretera por delante, de pronto sentí que estaba en el cielo. En realidad el lugar era exactamente el mismo que el que había pasado hacía algunos minutos, pero había cambiado mi forma de verlo.
¿Existe recompensa mayor que la vida?
Ahora lo exploro en el único sitio que conservo para hacerlo: mi memoria.
El tiempo no es más que una ilusión.
Perder una madre, pues es como perder el sol que te ilumina.
El alma del mundo no puede morir, ni siquiera una parte contenida de ella. Ese dios cristiano hizo mal en dejar que muriera su avatar. Equivale a dejar que se muera parte de sí mismo.
Las cosas no salieron como debieron, pero ¿qué se le va a hacer? Hay que aceptar la vida como venga y sacarle el mejor partido posible.
¿Por qué tolerar la oscuridad? Todo ya está aquí y está claro si sabemos mirar con la atención debida.
Es inevitable que confunda mi vida con la del universo. La vida es una mirilla, un mero agujerito que da a una inmensidad.
No existe una paz comparable con la de un patio interior en un día soleado.
Pero las palabras zozobran en semejantes mares. Lo mejor es imaginártelo si quieres sentirlo.
¿Por qué hay gente que se cambia de país? ¿Qué la empuja a desarraigarse y dejar todo lo que ha conocido por un desconocido más allá del horizonte? ¿Qué le hace estar dispuesta a escalar semejante Everest de formalidades que le hace sentirse como un mendigo? ¿Por qué de repente se atreve a entrar en una jungla foránea donde todo es nuevo, extraño y complicado? La respuesta es la misma en todo el mundo: la gente se cambia de país con la esperanza de encontrar una vida mejor.
Aquella mañana, la curva del horizonte iba hacia abajo, pero te aseguro que la de mis labios iba firmemente hacia arriba, esbozando una sonrisa.
El principio fundamental de la existencia es lo que llamamos amor.
La razón por la que la muerte está tan próxima a la vida no es por una necesidad biológica sino por envidia. La vida es tan bella que la muerte está enamorada de ella, un amor posesivo y celoso que toma lo que puede.
¡Qué enfermedad más terrible la que es capaz de matar a Dios en un hombre!
El lema de la escuela está pintado en el arco encima de la puerta: "Nil magnum nisi bonum". No existe grandeza sin bondad.
Quisiera decir algunas palabras acerca del miedo. Es el único y auténtico adversario de la vida. Sólo el miedo puede vencer a la vida. Es un contendiente traicionero y perspicaz, y bien que lo sé. Carece de decoro, no respeta ninguna ley, ningún principio. Te ataca el punto más débil, que siempre reconoce con una facilidad infalible. Empieza con la mente, siempre. Estás tranquilo, sereno y feliz y al poco rato el miedo, ataviado con la vestimenta de duda afable, se te cuela en la mente como un espía.
A ver, el mundo no es sólo como lo vemos sino también como lo entendemos, ¿no? Y al entender una cosa, le añadimos algo, ¿no? ¿Eso no convierte a la vida en un cuento?
Algunos se rinden con un suspiro de resignación. Otros luchan un poco, y luego pierden esperanzas. Otros, y me incluyo entre ellos, nunca se rinden. Luchamos y luchamos y luchamos. Luchamos no importa lo que cueste la batalla, las pérdidas, la poca probabilidad de vencer. Luchamos hasta el final. No se trata de coraje. Es algo constitucional, una incapacidad de abandonar. Tal vez sólo se deba a la sandez de ansiar la vida.
No fue Dios quien me salvó. Fue la medicina. La razón es mi profeta y me dice que igual que un reloj se para, nosotros nos morimos. Se acabó. Y si el reloj no funciona bien, nosotros mismos tenemos que arreglarlo aquí y ahora.
Tuve la suerte de tener algunos profesores buenos en mi juventud, hombres y mujeres que se introdujeron en mi pequeña cabeza y encendieron una cerilla.
Recuerde, el tiempo es distancia. No se olvide de darle cuerda a su reloj.
Cuando has sufrido mucho en la vida, cada dolor adicional es tan intolerable como insignificante.
Sé que los Zoos no están bien vistos por el público. Lo mismo pasa con la religión. Determinadas ilusiones sobre la libertad les afectan a ambos.
La melancolía no es más que la sombra de una nube pasajera.
Pues sí, lo echo de menos. Me sigue apareciendo en sueños. En realidad, casi siempre son pesadillas, pesadillas moteadas de amor. Así es el enigma del corazón humano.