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El conocimiento es orgulloso por lo mucho que ha aprendido; la sabiduría es humilde porque no sabe más.
William Cowper
Hay almirantes encumbrados por estarse quietos, que tienen rara habilidad para no hacer nada.
Las opiniones discordantes sirven para demostrar que la verdad existe; ¡Dios sabe dónde!
Goza de libertad aquel a quien la verdad hizo libre; todos los demás son esclavos.
La locura y la inocencia son tan semejantes, que la diferencia, aunque esencial, es difícil de apreciar.
Lo que más irrita a los orgullosos es el orgullo de los demás.
La solemne niebla, significativa y movediza. El tonto con los jueces, entre los tontos un juez.
Evitad las decisiones desesperadas; pasará el día más tenebroso si tenéis valor para vivir hasta el día siguiente.
En los tormentos poéticos existe un placer que sólo los poetas conocen.
Fanatismo, el falso incendio de las mentes sobrecalentadas.
El incremento del poderío engendra el incremento de la riqueza.
Seguir estúpidos precedentes y parpadear con los dos ojos es más fácil que pensar.
Una persona perezosa es un reloj sin agujas, siendo inútil tanto si anda como si está parado.
El egoísta construye sobre él los principios de la vergüenza y la culpabilidad.
La felicidad depende, como muestra la naturaleza, menos de las cosas exteriores y más de las interiores.
Nuestros años más importantes son los de nuestra niñez.
El que lee mucho intentará algún día escribir.
El hombre puede expulsar a la compasión de su corazón, pero Dios nunca lo hará.
La falta de ocupación no significa descanso; un espíritu totalmente desocupado es un espíritu lleno de aflicción.
Hablar no es siempre conversar.
¡Aplauso popular! ¿Qué corazón humano será impermeable a tus suaves y seductores encantos?
Alejarnos de los que amamos es peor que la muerte; y una esperanza frustada es más dura que la desesperación.
Se baja por la ambición y la sed de alabanza.
¡Oh! Santo temeroso ¡anímate! Las nubes que tanto temes, llenas de misericordia están y sobre ti bendiciones derramarán.
La guerra es un juego que los reyes, si sus súbditos fueran inteligentes, no jugarían jamás.
Dios hizo el campo, y el hombre la ciudad.
Su mente, su reino y su ley.
Los defectos en la vida crían los errores en el cerebro.
Aunque la paz es un logro, es el interés el que mantiene la paz.
La Naturaleza no es más que el nombre de un efecto cuya causa es Dios.
Palabras impregnadas con fuego celestial.
El que nunca tuvo miedo no tiene esperanza.
El dolor es, él mismo, una medicina.
Yo os corono por Rey de los goces íntimos, oh placeres de junto al hogar, oh felicidad doméstica.
El remordimiento es el huevo fatal puesto por el placer.
La ciencia y la sabiduría, lejos de ser una misma cosa, no tienen entre sí a menudo conexión alguna.
La libertad tiene mil encantos que los esclavos, aunque satisfechos, jamás conocen.
Nunca dejes que desaparezcan las fantasías, las vacaciones nunca son en el hogar.
Un millón por aquí, un millón por allá, demasiado dinero para ser legal.