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Así olvidaron los hombres que todas las deidades residen en el corazón.
William Blake
El reloj cuenta las horas de la necesidad, pero ningún reloj puede contar las horas de la sabiduría.
Un pensamiento llena la inmensidad.
El que se encadena a una alegría, destruye una vida libre; pero el que besa la alegría en su vuelo, vive el amanecer de la eternidad.
Villanía, máscara de la astucia. Pudor, máscara del orgullo.
El león sería astuto si tomara consejo de la zorra.
Ver un mundo en un grano de arena y un cielo en una flor silvestre, tener el infinito en la palma de la mano y la Eternidad en una hora.
El orgullo del pavo real es la gloria de Dios.
Quien ha sufrido tus imposiciones, te conoce.
El mejor vino es el más viejo, la mejor agua es la más nueva.
Un necio no ve el mismo árbol que un sabio.
¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió el fuego de tus ojos?
La cabeza, lo Sublime; el corazón, el Pathos; los órganos genitales, la Belleza; los pies y manos, la Proporción.
La exuberancia es belleza.
El necio egoísta y sonriente, y el necio triste y ceñudo serán tenidos por sabios y servirán de norma.
Si las puertas de la percepción fueran limpiadas, todo aparecería ante el hombre tal como es: infinito.
Así como la oruga elige las hojas más hermosas para poner sus huevos, el sacerdote deposita su maldición sobre los mejores goces.
El pájaro tiene su nido, la araña su tela, el hombre la amistad.
Dejad que el hombre vista la piel del león y la mujer el vellón de la oveja.
Escucha el reproche de los necios: es un título real.
Estudiaban particularmente el genio de cada ciudad y país colocándolo bajo la tutela de una deidad espiritual.
La coneja quisiera que todo fuese negro, y el búho que todo fuese blanco.
La alegría es mejor que la diversión, y la felicidad es mejor que la alegría.
Delicia de las aves de día y de noche; el ruiseñor en la quebrada, la alondra en el cielo, festivamente, festivamente, festivamente, para darle la bienvenida al año.
Quien recibe agradecido da copiosas cosechas.
Y, al fin declararon que los dioses lo habían querido de este modo. Así olvidaron los hombres que todas las deidades residen en el corazón.
Las alegrías no ríen. Las tristezas no lloran.
El débil en valor es fuerte en astucia.
El hombre ausente, la naturaleza estéril.
La verdad mal intencionada es peor que la mentira.
Estad siempre dispuestos a hablar con franqueza y evitaréis la compañía de los hombres ruines.
Los únicos alimentos sanos son aquellos que no coge la red ni el cepo.
Una misma ley para el león y para el buey es opresión.