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Mayores ventas con márgenes menores fue el nuevo principio correspondiente a la multitud de compradores y la gran masa de las mercancías.
Walter Benjamin
La obra es la máscara mortuoria sobre el rostro de la concepción.
La satisfacción sexual deja a los hombres como liberados de su secreto, que no consiste en la sexualidad, pero que a través de su satisfacción -y tal vez sólo en ella- es amputado, aunque no resuelto.
Una historia de la incultura enseñaría la manera en la cual, con el correr de los siglos, la energíarevolucionaria tiene sus orígenes en la religiosidad de las clases incultas, y la intelectualidad se descubriría entonces más como una vanguardia de la incultura que como un ejército de desertores de la burguesía.
Las consignas de una crítica deficiente malvenden el pensamiento en aras de la moda.
Para elaborar una buena prosa es preciso subir tres escalones: el musical, en el que hay que componerla, el arquitectónico, en el que hay que construirla, y el textil, en el que tenemos que tejerla.
La situación que el teatro épico descubre es la de una dialéctica que se halla en estado de parálisis.
La diferencia entre la técnica y la magia no es sino una variable histórica.
Las cosas fabricadas han perdido la noble indiferencia por las esferas de la riqueza y la pobreza. Cada cosa hoy deja su impronta sobre su propietario, que no tiene ya otra elección que presentarse como un pobre diablo o, al contrario, como especulador.
La tradición de los oprimidos nos enseña que la regla es el estado de excepción en el que vivimos.
El desarrollo del aspecto comunicativo de la lengua sin un contexto que lo incluya conduce inevitablemente a su destrucción.
Emblemas arquitectónicos del comercio: el escalón que sube a la farmacia, o el estanco que se adueña de la esquina. El comercio aprovecha los umbrales.
Ese liberador encantamiento de que el cuento dispone no sólo pone en juego de forma mítica a la naturaleza, sino que alude a su complicidad con el ser humano liberado.
Una perfecta mezcla de decisión y sumisión caracteriza siempre a los lacayos -como si a la casta de los señores no le gustara dar órdenes a seres incapaces de impartirlas-.
El ser humano no tiene un destino, sino que el sujeto del destino es como tal indeterminable. Puede el juez ver destino donde quiera; al castigar, lo dicta ciegamente. Y aunque el hombre no queda afectado por esto, sí se afecta la mera vida en él, que, en virtud de la luz, participa en la culpa natural como participa en la desdicha.
La idea y la doctrina del eterno retorno pretende armonizar las dos tendencias contradictorias propias del placer: eternidad y repetición.
El teatro épico le opone a la obra de arte dramática total el nuevo concepto de laboratorio dramático, al retomar de manera nueva la más vieja tarea del teatro: exponer lo presente. Y, en el centro de sus experimentos, figura el ser humano en nuestra crisis.
Se ha dicho que el analfabeto del futuro no será aquel que no conozca por cierto las letras, sino quien no conozca la fotografía. Pero, ¿No hay que considerar del mismo modo analfabeto al fotógrafo incapaz de leernos sus propias imágenes?
Propio de los grandes almacenes: los clientes se sienten como masa; confrontados a las mercancías, tienen ante sí todas las plantas de una sola ojeada, pagan precios fijos y pueden cambiar.
Sustancia es lo que ha sido puesto a prueba.
En el fetichismo, el sexo echa abajo las barreras entre los mundos orgánico e inorgánico. Vestidos y adornos establecen con él sus alianzas.
Por el momento los surrealistas son sin duda los únicos en haber comprendido la tarea de hoy. Y van intercambiando, de uno en uno, la colección de gestos de su mímica en la esfera de un despertador cuyo timbre, a cada minuto, atruena por espacio de sesenta segundos.
Toda acción trágica, aún por más elevada que ésta vaya en cuanto va calzando sus coturnos, arroja una sombra cómica tras sí.
Las posibilidades creativas de lo nuevo suelen ser descubiertas lentamente por medio de esas formas e instrumentos antiguos que han sido despachados por lo nuevo, pero que, justamente, con la presión de lo nuevo, se dejan arrastrar a un florecimiento casi eufórico.
La historia es objeto de una construcción cuyo lugar no lo configura ese tiempo vacío y homogéneo, sino el cargado por el tiempo-ahora.
Cuanto más disminuye la importancia social propia de un arte, tanto más se afirmará en el público el divorcio entre una actitud crítica y el placer puro y simple. De lo convencional se gusta sin criticar, mientras que se critica con disgusto lo que en verdad es nuevo.
La mirada lanzada al corazón de las cosas que hoy resulta esencial, mirada mercantil, se llama propaganda.
La traducción es tan sólo un modo provisional de confrontarse con la extrañeza de las lenguas.
Si se permite que la fotografía supla al arte en algunas de las que han sido sus funciones, la alianza estrecha y natural que la fotografía va a encontrar en la estupidez de la multitud expulsará y corromperá al arte enteramente.
El lenguaje del sueño no está en las palabras. Está bajo ellas.
El aburrimiento es ese ave que incuba el huevo de nuestra experiencia.
La soledad no existe para nosotros cuando la persona que amamos también se siente sola, aunque ésta se encuentre en un lugar inalcanzable para nosotros.
Quien no se resiste a percibir el deterioro acaba reivindicando, sin demora, una justificación especial para su permanencia, actividad y participación del caos.
El eterno castigo del Infierno quizás haya quebrado el más terrible extremo de la idea del eterno retorno en el mundo antiguo. Ahí se pone lo eterno del suplicio frente al eterno curso circular.
Alguien que se cree abandonado está leyendo, y le duele que la página que quiere pasar esté cortada, que ya ni siquiera ella lo necesite.
Cada particular combinación de la materia y de lo personal se repite por miles de millones de veces, para hacer así frente a cuanto necesita el infinito.
Confrontado a la idea del eterno retorno - el historicismo gira sobre sí. Desde esa idea, toda tradición, también la que haya sido más reciente, se transforma en algo ya jugado en la noche impensable de los tiempos. La tradición adopta de ese modo el carácter que es propio de una fantasmagoría con la cual la prehistoria va a salir a escena con los más modernos atavíos.
Sobre Ibiza: El paisaje más virgen que jamás he encontrado.
La teoría no puede referirse nunca a lo real, pero en cambio tiene que estar en relación con el lenguaje. Una objeción contra la matemática.
No hay experiencia más firmemente desmentida de lo que han sido las experiencias estratégicas mediante la guerra de trincheras, las experiencias económicas mediante la inflación, las experiencias corporales mediante la batalla de las máquinas, las experiencias morales mediante los que ejercen el poder.