Imágenes
Cuanto más creativo es un hombre, más rutinario es en los detalles insignificantes de la vida. Sólo una cosa les exige: que no detenga su atención.
Von Keyserling
Para muchos hombres y mujeres la felicidad que da el amor consiste sobre todo en la posibilidad de hacer sufrir a otro. De aquí el culto tan antiguo de los celos.
Creer que si todos los deseos fuesen satisfechos todo iría mejor, es la gran equivocación, el error original del hombre que piensa. Pues la verdad es exactamente contraria a esta creencia.
El ser y el hacer coinciden. Nadie refleja perfectamente su alma en su acción y, por lo mismo, es grosero juzgar a un hombre por lo que hace.
Los genios no son comprendidos sino después de su muerte. Las personas no son verdaderamente amadas sino después de su muerte. Las ciudades no son nostalgiadas sino en el desierto. ¿Por qué?
Una carta es siempre sagrada, porque es o porque puede ser la expresión de la intimidad de unos instantes de nuestra alma, cuya fugacidad se confía a la lealtad del que la recibe.
La realización del sentido propio, lo más profundo posible, pero siempre personal, es la sola meta de toda vida individual.
Todos los pueblos hostiles a la familia han terminado, tarde o temprano, por un empobrecimiento del alma.
Las reglas elementales de la cortesía son muy simples: alabar lo bueno de los otros, suprimir los reproches, dar importancia a los demás, y prestarles atención.