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La vida es un sueño, el despertar es lo que nos mata.
Virginia Woolf
Es obvio el que los valores de las mujeres difieren con frecuencia de los valores creados por el otro sexo y sin embargo son los valores masculinos los que predominan.
Es notable, pensé, guardando el cambio en mi cartera, la transformación que una renta fija opera en el carácter de las personas.
Acuérdate de mi esta noche, su voz sonó frágil y delgada y muy lejana.
Middlemarch, el libro magnífico, el cual con todas sus imperfecciones, es una de las pocas novelas inglesas para gente madura.
Mi cerebro es para mí la más inexplicable de las máquinas - siempre zumbando, zumbando, el alza de buceo rugiente, y luego enterrados en el barro. ¿Y por qué? ¿Cuál es esta pasión por la?
La sorprende como la sorprendería un objeto raro y extraordinario, una obra de arte; por la sencilla razón de que sigue siendo, a través del tiempo, pura y simplemente él mismo.
El amor es una ilusión, una historia que una construye en su mente, consciente todo el tiempo de que no es verdad, y por eso pone cuidado en no destruir la ilusión.
Nada hay tan raro cuando se está enamorada como la total indiferencia de los demás.
Estaba cantando una canción de amor; del amor que ha durado un millón de años.
No puede haber dos opiniones en cuanto a lo que es un intelectual. Él es el hombre o la mujer de la inteligencia pura sangre que monta su mente al galope a través del país en busca de una idea.
Porque es una lástima muy grande no decir nunca lo que uno siente.
El humor es el primero de los regalos de perecer en una lengua extranjera.
Para escribir novelas, una mujer debe tener dinero y un cuarto propio.
Es mucho más fácil matar a un fantasma que a una realidad.
Nuestra vida es una incertidumbre. Un ciego que revolotea en el vacío en busca de un mundo mejor cuya existencia sólo suponemos.
La verdad es que a menudo me gustan las mujeres. Me gusta su falta de convencionalismo. Me gusta su integridad. Me gusta su anonimato.
Esa era la compensación de envejecer, pensó Peter Walsh al salir de Regent’s Park; las pasiones son tan fuertes como siempre, pero se ha adquirido -¡al fin!- la capacidad que aporta el aroma supremo a la existencia: la capacidad de dominar la experiencia, de darle la vuelta, lentamente, a la luz.
Hay que darse cuenta del contraste que existe entre estas cosas (las reales), y las que piensa él.
Posiblemente el bien supremo requiera la existencia de una casta de esclavos. El ascensorista del metro es una necesidad eterna.
La belleza del mundo que tan pronto perecerá tiene dos filos, uno de risa, otro de angustia, partiendo el corazón en dos.
No había que traer hijos a un mundo como éste. No había que perpetuar el sufrimiento, ni acrecentar el número de animales lujuriosos, carentes de emociones duraderas, que sólo se movían, que iban de aquí para allá, llevados por sus caprichos y por sus vanidades.
Esto no está escribiendo nada. De hecho, podría decir que Shakespeare supera a la literatura por completo, si yo sabía lo que quería decir.
Mitiguemos los sufrimientos de nuestros compañeros de prisión.
Sin seguridad en uno mismo somos como bebés en la cuna.
Amar nos separa de los demás.
Sólo el cielo sabe por qué lo amamos tanto.
A través del sufrimiento se alcanza el conocimiento.
Ahora envolveré mi angustia en el pañuelo que siempre llevo en el bolsillo. Y la angustia quedará.
Que un hombre se levantó y dijo: He aquí, ésta es la verdad, y al instante percibo un gato de arena hurtando un trozo de pescado en el fondo. Mira, te has olvidado el gato, digo yo.
Empiezo a desear un lenguaje parco como el que usan los amantes, palabras rotas, palabras quebradas, como el roce de las pisadas en la acera, palabras de una sílaba como las que usan los niños cuando entran en un cuarto donde su madre está cosiendo y cogen del suelo una hebra de lana blanca, una pluma, o un retal de chintz. Necesito un aullido, un grito.
Lucha mental significa pensar contra la corriente, no con ella. Es nuestro negocio para bolsas de gas punción y descubrir las semillas de la verdad.
Entre los tormentos y desolaciones de la vida se cuenta, pues, la de que nuestros amigos sean incapaces de terminar sus relatos.
Por eso consciente de lo que les esperaba ambiciones, amores, desgarradora soledad en lugares sin aliciente-, se preguntaba tantas veces porqué tendrían que crecer y perder todo aquello.
Esa especie de comunión con los sentimientos ajenos que a veces aportan ciertas emociones... Como si los tabiques de separación se hubieran adelgazado tanto que ya todo pertenecía a la misma corriente.
Alguien tiene que morir para que el resto de nosotros deberíamos valorar más la vida.
Los hombres pueden preciarse de escribir honesta y apasionadamente sobre los movimientos de las naciones; pueden pensar que la guerra y la búsqueda de Dios son los únicos temas de la gran literatura; pero si la posición de los hombres en el mundo tambaleara por un sombrero mal escogido, la literatura inglesa cambiaría dramáticamente.
Porque los libros son la continuación unos de otros a pesar de nuestra costumbre de juzgarlos por separado.
No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente.
El sol no había nacido todavía. Hubiera sido imposible distinguir el mar del cielo, excepto por los mil pliegues ligeros de las ondas que le hacían semejarse a una tela arrugada.