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Visto por los dioses de otro modo.
Virgilio
Dios nos regaló estos descansos.
Persevera, y espera un mañana mejor.
El temor le pone alas a los pies.
Fácil es la bajada a los infiernos.
Los dioses ayudan a los hombres que se ayudan a sí mismos, y esto es mediante el trabajo.
Cree en el experto.
No confiéis en el caballo, troyanos. Sea lo que sea, temo a los dánaos (griegos), aún portando regalos.
Cada hombre se dirige a sí mismo a su gusto.
El tiempo se va para no volver.
No todos somos capaces de todo.
La ira improvisa las armas.
Volátil y caprichosa siempre, la mujer.
La desesperación es el medio para quien no tiene ya esparanzas.
No confíes mucho en los colores. (en la belleza)
La fortuna favorece a los valientes.
¡Feliz el que ha llegado a conocer las causas de las cosas!
Ahora sé lo que es el amor.
La única salvación para los vencidos es no esperar salvación alguna.
Mantua me genuit; Calabri rapuere; tenet nunc.
No cedas frente a los malvados, sino opónte a ellos ardientemente.
Instruir como se debe a la juventud, es formar buenos ciudadanos y padres de familia.
El destino se abre sus puertas.
La poesía es tan grata al oído como el sueño al hombre fatigado.
La mujer es siempre voluble y mudable.
Yo escribí estos versos, otro se llevó los honores.
Aquí estoy, yo soy quien lo hice, vuelve tu espalda hacia mí.
Si no puedo persuadir a los dioses del cielo, moveré a los de los infiernos.
¡Qué felices serían los campesinos si supieran que son felices!
Mientras el río corra, los montes hagan sombra y en el cielo haya estrellas, debe durar la memoria del beneficio recibido en la mente del hombre agradecido.
Resistid y reservaos para días más felices.
No te inclines ante la adversidad; más bien oponte audazmente a ella tanto cuanto tu suerte te lo permita.
Pueden los que creen que pueden.
¿Quién podrá engañar a quien ama?
Fue una tarea difícil fundar Roma.
El tiempo de vivir es para todos breve e irreparable.
Aprended justicia, ¡oh vosotros advertidos!, y a no despreciar a los dioses.
Feliz el hombre que ha pisoteado todos sus temores y puede reír ante la proximidad de la muerte que todo lo vence.
Lo que ha de suceder, sucederá.
La serpiente se oculta en la hierba.