Imágenes
Yo reconozco, amo y venero el canto a lo humano y el canto a lo divino, desde el punto de vista del texto literario y del punto de vista musical. Basta con conocer un verso a lo divino para conocer el espíritu fino, sabio y delicado del cantor chileno.
Violeta Parra
Luego vine a comprender que la escritura da calma a los tormentos del alma, y en la mía que hay sobrantes; hoy cantaré lo bastante para dar el grito de alarma.
Corazón maldito sin miramiento, sí sin miramiento, ciego, sordo y mudo de nacimiento, sí, de nacimiento. Me das tormento.
El rey de los cielos muy bien escuchó: remonta los vientos para otra región, deshizo las nubes, después se acostó. Los indios lo cubren con una oración.
Yo no he tenido consuelo, muy penosa lo he pasado del ver que en tan poco tiempo de mí te hayas olvidado.
Tenga calma la compaña ya viene la despedida; la poca sabiduría mis ocurrencias empaña. Siempre la suerte me engaña por mucha ilusión que tenga; que la fuerza me sostenga si el sacrificio es en vano, y no me condene, hermano: no hay mal que por bien no venga.
Arriba está el cielo brillante de azul; abajo la tribu al son del cultrún le ofrece del trigo su primer almud por boca de un ave llamado avestruz.
Me gusta sentarme en la tierra porque sé que estoy firme y sentir la naturaleza en mí. Palparla con mis manos y sentirme cerca de ella para poder olerla.
¡Qué raro! Tengo tantos deseos de hacer un trabajo nuevo y no me sale nada. En vano la guitarra en mi mano, mi lápiz se mueve sin ningún entusiasmo.
Son tus ojos los que busco, son tus labios los que quiero ver sonreír.
Para mí no hay nada más hermoso que las cosas rústicas, quiero emplear todo lo que la naturaleza da y emplearlo tal como de ella nace.
Adiós, corazón amante, ya me voy a padecer. Dile al cielo que no muera ay, hasta que te vuelva a ver.
Para cantar de un improviso se requiere buen talento, memoria y entendimiento, fuerza de gallo castizo.
Para mí, la pintura es el punto triste y oscuro de la vida. En ella trato de expresar lo más profundo del ser humano. Mientras que la tapicería es la parte alegre de la vida.
Me dio el corazón que agita su marco cuando miro el fruto del cerebro humano, cuando miro el bueno tan lejos del malo, cuando miro el fondo de tus ojos claros.
Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me dio dos luceros que, cuando los abro, perfecto distingo lo negro del blanco, y en el alto cielo su fondo estrellado, y en las multitudes el hombre que yo amo.