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Quien considere su destino como algo sellado, jamás estará en condiciones de llegar a dominarlo.
Viktor Frankl
El amor entraña esencialmente el ser-así de una persona, hasta el punto de que su existencia apenas si tiene importancia.
Vive como si ya estuvieras viviendo por segunda vez y como si la primera vez ya hubieras obrado tan desacertadamente como ahora estás a punto de obrar.
Por el acto espiritual del amor se es capaz de ver los trazos y rasgos esenciales en la persona amada; y lo que es más, ver también sus potencias: lo que todavía no se ha revelado, lo que ha de mostrarse.
El deseo de placer y el deseo de poder sólo surgen cuando se ha frustrado el deseo de sentido.
El hombre no es ni un ser que solo abreactúa sus instintos, ni un ser que reacciona ante estímulos, sino un ser que actúa en un mundo, un ser en el mundo.
La vida del hombre conserva su sentido hasta el aliento final, hasta que exhala el último suspiro.
La felicidad debe surgir como consecuencia, pero en modo alguno debe ser buscada en sí misma.
En última instancia, el hombre no debería inquirir cuál es el sentido de la vida, sino comprender que es a él a quien se inquiere. En una palabra, a cada hombre se le pregunta por la vida y únicamente puede responder a la vida respondiendo por su propia vida; sólo siendo responsable puede contestar a la vida.
El amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su sentido más profundo en el ser espiritual del otro, en su yo íntimo.
Cada época tiene sus neurosis, y cada tiempo necesita su psicoterapia.
No hay nada en el mundo que capacite tanto a una persona para sobreponerse a las dificultades externas y a las limitaciones internas, como la consciencia de tener una tarea en la vida.
El dolor hace al hombre lúcido y al mundo transparente. El dolor abre perspectivas hasta el fondo.
El hombre se autorrealiza en la misma medida en que se compromete con el cumplimiento del sentido de su vida. La mejor forma de conseguir la realización personal, es dedicarse a metas desinteresadas.
En el servicio a una causa o en el amor a una persona, se realiza el hombre a sí mismo. Cuanto más sale al encuentro de su tarea, cuanto más se entrega a su compañero, tanto más es él mismo hombre, y tanto más es sí mismo.
Comprendí en seguida de una forma vivida, que ningún sueño, por horrible que fuera, podía ser tan malo como la realidad del campo que nos rodeaba y a la que estaba a punto de devolverle.
El amor es la meta más elevada y esencial a la que puede aspirar el ser humano... la plenitud de la vida humana está en el amor y se realiza a través de él.
Una persona es libre de moldear su propio carácter y el hombre es responsable por aquello que pueda hacer de sí mismo.
Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas -la elección de la actitud personal que debe afrontar frente al destino- para decidir su propio camino.
Nadie tiene derecho a cometer una injusticia, ni siquiera aquél que fue tratado injustamente.
Por la grandeza de un instante se mide, a veces, la grandeza de toda una vida.