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Huye, Adso, de los profetas y de los que están dispuestos a morir por la verdad, porque suelen provocar también la muerte de muchos otros, a menudo antes que la propia, y a veces en lugar de la propia.
Umberto Eco
Un narrador no debería facilitar la interpretación de su trabajo. De otra manera no debería escribir una novela, ya que ésta es una máquina de generar interpretaciones.
El arte sólo ofrece alternativas a quien no está prisionero de los medios de comunicación de masas.
La superstición trae mala suerte.
El enemigo debe ser feo porque se identifica lo bello con lo bueno.
Es imposiblecambiar al pueblo de Dios sin reincorporar a los marginados.
Hacer una tesis significa divertirse y la tesis es como el cerdo, en ella todo tiene provecho.
Una mística es una histérica que ha encontrado a su confesor antes que a su médico.
Nada es más nocivo para la creatividad que el furor de la inspiración.
Porque la arquitectura es el arte que más se esfuerza por reproducir en su ritmo el orden del universo, que los antiguos llamaban kosmos, es decir, adorno, pues es como un gran animal en el que resplandece la perfección y proporción de todos sus miembros.
Creo que en lo que nos convertimos depende de lo que nuestros padres nos enseñan en momentos extraños, cuando no están tratando de enseñarnos. Estamos formados por pequeños pedazos de sabiduría.
El deseo, cuando lo experimentas, no es una ilusión, existe.
El misticismo es un fenómeno democrático, cuando no demagógico, la iniciación es aristocrática.
Un sueño es una escritura y muchas escrituras no son más que sueños.
Creo que la vida sirve sólo para recordar la propia infancia.
Una tesis es como una partida de ajedrez, tiene cierto número de movimientos, pero desde el principio hay que estar capacitado para predecir los movimientos a efectuar con vistas a dar jaque mate al adversario.
Los libros no están hechos para pensar, sino para ser sometidos a investigación.
Un jesuita es capaz de zamparse un par de templarios a la hora del almuerzo, y otros dos a la hora de la cena.
La retórica es el arte de decir bien lo que uno no está seguro de que sea verdad, y los poetas tienen el deber de inventar hermosas mentiras.
Todo, incluso lo irrelevante, puede ser útil algún día. Lo importante es saber lo que los demás no saben que sabes.
Un héroe es siempre héroe por equivocación. El siempre ha soñado con ser un cobarde honesto como todo el mundo.
Cada cultura absorbe elementos de las culturas cercanas y lejanas, pero luego se caracteriza por la forma en que incorpora esos elementos.
El mundo está lleno de libros preciosos que nadie lee.
El verdadero héroe es siempre un héroe por error, su sueño era ser un cobarde honesto como todos los demás.
Solemos decir que los inventos y descubrimientos que cambiaron nuestras vidas dependen de máquinas complejas. La verdad, sin embargo, es que seguimos aquí gracias a los porotos.
Una novela es una máquina de generar interpretaciones.
El orden que imagina nuestra mente es como una red, o una escalera, que se construye para llegar hasta algo. Pero después hay que arrojar la escalera, porque se descubre que, aunque haya servido, carecía de sentido.
Desde los modelos estelares del cine a los protagonistas de novelas de amor, incluidas las emisiones de televisión para la mujer, la cultura de masas representa y propone casi siempre situaciones humanas que no tienen ninguna conexión con situaciones de los consumidores, pero que continúan siendo para ellos situaciones modelo.
Los libros son esa clase de instrumentos que, una vez inventados, no pudieron ser mejorados, simplemente porque son buenos. Como el martillo, el cuchillo, la cuchara o la tijera.
La vida es llevadera, basta conformarse.
¿Cómo no caer de rodillas ante el altar de la certeza?
El ordenador no es una máquina inteligente que ayuda a gente estúpida, de hecho, es una estúpida máquina que funciona sólo en manos de gente inteligente.
El ordenador e Internet han restablecido la primacía de lo escrito: el hombre-Internet es un hombre gutenbergiano.
Es mejor que el que nos infunde miedo tenga más miedo que nosotros.
La verdad es indivisible, resplandece con su propia luz, y no admite particiones dictadas por nuestros intereses y por nuestra vergüenza.
Los libros no están hechos para que uno crea en ellos, sino para ser sometidos a investigación. Cuando consideramos un libro, no debemos preguntarnos qué dice, sino qué significa.
En mi tierra, cuando se bromea, se dice algo y después se ríe ruidosamente, para que todos participen de la broma. Guillermo, en cambio, sólo reía cuando decía cosas serias, y se mantenía muy serio cuando se suponía que estaba bromeando.
La posesión de la fotocopia exime de la lectura.
Hoy no salir en televisión es un signo de elegancia.
Los intelectuales no resuelven las crisis, más bien las crean.