Imágenes
Dos hombres hay en el mundo que he encontrado en mi camino; el primero es a quien amo, y el segundo, quien me ama.
Tove Ditlevsen
El pediría en caso de divorcio la mitad de todo dijo él. Medio sofá, medio televisor, media casa de campo, medio kilo de mantequilla, medio hijo.
Besa mi boca, más dime qué es lo que mi corazón busca.
Llevo al primero en mi sangre, donde es amor puro y libre, y al segundo lo ato al día en que se ahogan los sueños.
Soy buena, mala y aquello que no olvidarás nunca.
Mi mejor momento al día es aquel en que estoy sola y el pensamiento detiene huellas de vagos recuerdos.
Lo veo escaparse y me acuerdo de otras caricias de dulzura inconmensurable, quizás una vez suyas, pero que no despiertan ya en mí el deseo excepto en la memoria, nunca más.
Si quieres saber quién soy, pregunta a las verdes olas; como ellas, sin compromiso, jamás sé lo que deseo.
Nunca ocurre nada los domingos. Nunca encuentras un nuevo amor en domingo. Es el día de los infelices.
Las horas más dolorosas de la amante cuando se imagina a su amado con sus hijos en las rodillas mientras su mujer, sonriente, entra y sale con tentadoras bandejas.
No es fácil estar sola, otras personas te miran con ojos impacientes como de sala de espera.
Yo no sé cocinar, llevar sombrero, ser acogedora, llevar joyas, arreglar flores, recordar citas, agradecer regalos, dar la propina adecuada, retener a un hombre, mostrar interés en las reuniones de padres.
Puedo estar sola, fregar platos, leer libros, construir frases, escuchar y ser feliz sin mala conciencia.
Sin palabras, vengadores, negamos solitarios la facultad de despertarnos mutuamente voluptuosidad.