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Ten buena conciencia y tendrás siempre alegría. Si alguna alegría hay en el mundo, la tiene seguramente el hombre de corazón puro.
Tomás de Kempis
Cuando llegue el día del juicio, no se nos preguntará lo que hemos leído sino lo que hemos hecho.
Sé previsor, vela en la oración, humíllate en toda ocasión.
Antes de postrarte en oración, lanza de ti cuando puede embarazar el vuelo de tu espíritu.
Cristo tuvo adversarios y murmuradores, ¿y tú quieres tener a todos por amigos y bienhechores?
No hay enemigo peor ni más dañoso para el alma que tú mismo, si no estás bien avenido con el espíritu.
Por lo tanto, no juzgues haber alcanzado la paz verdadera por no tener pesadumbre ninguna.
Amándome desordenadamente me perdí. Amándote a ti solo., buscándote, te encontré y me encontré
El amor tiende a subir, a no dejarse detener por ninguna de estas cosas bajísimas.
El que ama, corre y vuela alegremente, porque anda libre y desembarazado.
Así pasa la gloria del mundo.
El amor exige libertad, exige desapego de todo afecto mundano.
¿Podrá el barro tener orgullo contra el que lo plasmó?
Del desordenado amor y vano temor nace todo el desasosiego del corazón y toda distracción de los sentidos.
No hay orden o religión tan santa ni lugar tan secreto donde no haya tentaciones y adversidades.
Tu vida es nuestro sendero.
Gran libertad de espíritu adquirirán los que sigan el camino angosto, despojándose de todos los cuidados del mundo.
Tanto mayor será el provecho cuanta mayor violencia te hagas.
Ninguno habla con tanto acierto como el que calla de buena gana.
El amante valiente no sucumbe a las tentaciones, ni hace caso de las hipócritas sugerencias del enemigo.
Mi buen corazón te perdonó, porque tu alma era preciosa para mí
El amor está continuamente en vela y durmiendo no duerme.
Todos anhelan por la paz; pero no todos quieren hacer lo conducente a la paz verdadera.
No eres más santo porque te alaben, ni más vil porque te desprecien. Lo que eres, eso eres; y no puedes ser más grande de lo que Dios sabe que eres.
Sin trabajar, no se descansa; no se vence sin luchar.
Fácilmente estará contento y sosegado el que, de verdad, tiene la conciencia limpia.
El más grande y el mejor es el que se atribuye menos y es más humilde y ardiente para agradecer.
Busca siempre el lugar más bajo, y estar debajo de todos.
Nada hay más que el amor; nada hay más fuerte, más sublime, más vasto, más suave, más perfecto; no hay nada mejor que el amor.
Quisiera haber callado muchas veces y no haberme hallado entre los hombres.
No hay castidad segura, si tú no la proteges.
Tu perfecta felicidad está en Dios, creador de todos los bienes.
El humilde conocimiento de ti mismo es un camino más seguro hacia Dios que el camino de la ciencia.
Condúcete siempre como si mañana hubieras de morir, y algún día tendrás razón.
Tienen mi paz los humildes y mansos de corazón.
No hay fortaleza que baste, si tú no la sostienes.
Señor, dame lo que quieres, como tú quieras, y dámelo cuando quieras.
No hay hombre en el mundo sin tribulación o angustia, aunque sea rey o papa.
Tú no tendrás que responder de los demás; tendrás que dar cuenta de ti mismo.
Por la soberbia y vanidad se han extraviado muchos, llegando a veces a padecer ceguera casi incurable.